El lenguaje de la química y la enseñanza de las ciencias
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Fecha:
1997Publicado en:
Alambique : didáctica de las ciencias experimentales. 1997, n. 12 ; p. 33-41Resumen:
El objetivo de esta contribución es subrayar la importancia del elemento lingüístico en el aprendizaje y la conveniencia de que este elemento no venga impuesto supraestructuralmente, sino que desarrolle y se defina paralelamente con los conocimientos a los que da acceso. Para ello, primero hay que precisar cuáles son las condiciones que debe satisfacer un lenguaje para resultar adecuado a las exigencias del sector disciplinario que se intenta transferir y establecer sobre qué principios generales es necesario fundamentar el lenguaje utilizado. Si se trata, por ejemplo, de la enseñanza de una disciplina científica habrá que particularizar el ángulo específico con que dicha ciencia ve la realidad. Voy a referirme, en particular, a la química y utilizaré ejemplo químicos y el lenguaje químico para intentar dar alguna indicación metodológica útil para reducir el riesgo de discontinuidad en la comunicación en la escuela. Tal riesgo está siempre presente en cualquier proceso de enseñanza aprendizaje. Un objetivo fundamental a conseguir en la escuela debería ser proporcionar una comunicación que sepa adaptar el lenguaje a la capacidad efectiva de recepción, es decir, de comprensión de los alumnos y alumnas.
El objetivo de esta contribución es subrayar la importancia del elemento lingüístico en el aprendizaje y la conveniencia de que este elemento no venga impuesto supraestructuralmente, sino que desarrolle y se defina paralelamente con los conocimientos a los que da acceso. Para ello, primero hay que precisar cuáles son las condiciones que debe satisfacer un lenguaje para resultar adecuado a las exigencias del sector disciplinario que se intenta transferir y establecer sobre qué principios generales es necesario fundamentar el lenguaje utilizado. Si se trata, por ejemplo, de la enseñanza de una disciplina científica habrá que particularizar el ángulo específico con que dicha ciencia ve la realidad. Voy a referirme, en particular, a la química y utilizaré ejemplo químicos y el lenguaje químico para intentar dar alguna indicación metodológica útil para reducir el riesgo de discontinuidad en la comunicación en la escuela. Tal riesgo está siempre presente en cualquier proceso de enseñanza aprendizaje. Un objetivo fundamental a conseguir en la escuela debería ser proporcionar una comunicación que sepa adaptar el lenguaje a la capacidad efectiva de recepción, es decir, de comprensión de los alumnos y alumnas.
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