Revisión de intervenciones para mejorar las habilidades pragmáticas en niños y niñas con problemas de conducta y atención
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2018Publicado en:
Revista española de pedagogía. 2018, año LXXVI, n. 270, mayo-agosto ; p. 295-312Resumen:
El leguaje pragmático se refiere al uso socialmente apropiado del lenguaje en función del contexto en que las interacciones tienen lugar. Los déficits en las habilidades pragmáticas tiene repercusiones sobre el ajuste psicosocial. Los niños que presentan problemas de conducta suelen experimentar esas dificultades lingüísticas. Se pretenden analizar intervenciones destinadas a mejorar las habilidades pragmáticas de niños con problemas de conducta y atención, y discutir las evidencias de sus resultados. Tras una búsqueda bibliográfica, se localizaron nueve intervenciones, cinco dirigidas a niños con problemas conductuales y cuatro para menores con problemas de atención e hiperactividad. Los resultados mostraron que, aunque las características de las intervenciones eran muy variadas, en general se lograron con ellas efectos positivos, especialmente cuando se realizaban desde un enfoque sistémico y participaban otros agentes educativos (como la familia o el grupo de iguales). Aún así, la escasez de evidencia al respecto invita a seguir investigando sobre intervenciones basadas en la evidencia que ayuden a los niños a mejorar sus habilidades pragmáticas, comunicativas y sociales
El leguaje pragmático se refiere al uso socialmente apropiado del lenguaje en función del contexto en que las interacciones tienen lugar. Los déficits en las habilidades pragmáticas tiene repercusiones sobre el ajuste psicosocial. Los niños que presentan problemas de conducta suelen experimentar esas dificultades lingüísticas. Se pretenden analizar intervenciones destinadas a mejorar las habilidades pragmáticas de niños con problemas de conducta y atención, y discutir las evidencias de sus resultados. Tras una búsqueda bibliográfica, se localizaron nueve intervenciones, cinco dirigidas a niños con problemas conductuales y cuatro para menores con problemas de atención e hiperactividad. Los resultados mostraron que, aunque las características de las intervenciones eran muy variadas, en general se lograron con ellas efectos positivos, especialmente cuando se realizaban desde un enfoque sistémico y participaban otros agentes educativos (como la familia o el grupo de iguales). Aún así, la escasez de evidencia al respecto invita a seguir investigando sobre intervenciones basadas en la evidencia que ayuden a los niños a mejorar sus habilidades pragmáticas, comunicativas y sociales
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