Las normas americanas en las aulas españolas de ELE : posibilidades didácticas
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Fecha:
2007Publicado en:
Biblioteca virtual redELE. 2007, n. especial, diciembre ; 19 p.Resumen:
Una de las principales características del español es que tiene una norma policéntrica, es decir, que no hay un único centro rector sino múltiples, lo que la hace fértil, diversa y variada. Se recogen dos aspectos fundamentales del español: la co-existencia de diferentes normas estándares que cuentan con una misma legitimidad y la cohesión interna del idioma que hace posible la unidad en la diversidad y que permite comunicarse entre sí a distintas comunidades de hispanohablantes. Este último aspecto, sin embargo, no significa que el conocimiento de una norma sea garante de una interacción exitosa con personas que dominen otra distinta. Un mismo elemento lingüístico puede conllevar valores opuestos (formalidad-informalidad) según el lugar donde nos encontremos. Por ello es necesario formar alumnos con una competencia comunicativa que sea lo más universalmente válida posible. A la hora de seleccionar un corpus lingüístico pertinente para estos propósitos, se deben evaluar las características propias de estas variedades según dos criterios: la utilidad real que puedan tener para el alumno y la extensión geográfica del fenómeno en cuestión. Finamente, los fenómenos lingüísticos que ha de seleccionar el profesor de ELE deberán pertenecer al plano léxico, al morfo-sintáctico y al fonético-fonológico. Se presenta además, en el anexo, un caso práctico, con actividades destinadas a alumnos de nivel B2 y C1 .
Una de las principales características del español es que tiene una norma policéntrica, es decir, que no hay un único centro rector sino múltiples, lo que la hace fértil, diversa y variada. Se recogen dos aspectos fundamentales del español: la co-existencia de diferentes normas estándares que cuentan con una misma legitimidad y la cohesión interna del idioma que hace posible la unidad en la diversidad y que permite comunicarse entre sí a distintas comunidades de hispanohablantes. Este último aspecto, sin embargo, no significa que el conocimiento de una norma sea garante de una interacción exitosa con personas que dominen otra distinta. Un mismo elemento lingüístico puede conllevar valores opuestos (formalidad-informalidad) según el lugar donde nos encontremos. Por ello es necesario formar alumnos con una competencia comunicativa que sea lo más universalmente válida posible. A la hora de seleccionar un corpus lingüístico pertinente para estos propósitos, se deben evaluar las características propias de estas variedades según dos criterios: la utilidad real que puedan tener para el alumno y la extensión geográfica del fenómeno en cuestión. Finamente, los fenómenos lingüísticos que ha de seleccionar el profesor de ELE deberán pertenecer al plano léxico, al morfo-sintáctico y al fonético-fonológico. Se presenta además, en el anexo, un caso práctico, con actividades destinadas a alumnos de nivel B2 y C1 .
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