El decálogo del profesor de matemáticas
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Fecha:
1985Publicado en:
Publicaciones de la Nueva revista de enseñanzas medias. 1985, n. 7 ; p. 42-46Resumen:
Se presentan los rasgos propios de un buen educador de Matemáticas, tales como: no adoptar una didáctica rígida, sino amoldarla en cada caso al alumno; no olvidar el origen concreto de la Matemática, ni los procesos históricos de su evolución; presentar la Matemática como una unidad en relación con la vida natural y social; graduar cuidadosamente los planos de abstracción; enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno; estimular la actividad creadora, despertando el interés directo y funcional hacia el objetivo del conocimiento; promover la autocorrección; conseguir cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas; cuidar que la expresión del alumno sea traducción fiel de su pensamiento; y procurar que todo alumno tenga éxitos que eviten su desaliento.
Se presentan los rasgos propios de un buen educador de Matemáticas, tales como: no adoptar una didáctica rígida, sino amoldarla en cada caso al alumno; no olvidar el origen concreto de la Matemática, ni los procesos históricos de su evolución; presentar la Matemática como una unidad en relación con la vida natural y social; graduar cuidadosamente los planos de abstracción; enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno; estimular la actividad creadora, despertando el interés directo y funcional hacia el objetivo del conocimiento; promover la autocorrección; conseguir cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas; cuidar que la expresión del alumno sea traducción fiel de su pensamiento; y procurar que todo alumno tenga éxitos que eviten su desaliento.
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