Alumnas y profesoras en campos científicos-tecnológicos en universidades europeas : algunos datos para el análisis
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1998Publicado en:
Revista de educación. 1998, n. 316 ; p. 283-296Resumen:
Hablar de educación y desigualdad en las mujeres puede parecer lejano a la vista de los logros educativos conseguidos en los últimos veinte años, pero no lo es en el campo de la tecnología. En la actualidad, algo más de diez millones de mujeres europeas cursan estudios universitarios. Sin embargo, sólo una década lo hace en disciplinas científico-tecnológicas. Cifra muy inferior a la que corresponde a sus compañeros varones y que da cuenta de la divergente orientación disciplinar de unas y otros. El acceso de las mujeres a los estudios científico-tecnológicos no es homogéneo y se observa entre los distintos campos importantes diferencias.. Las opciones preferidas son : Ciencias Naturales, Arquitectura, Matemáticas y en último lugar las Ingenierías. Los estudios tradicionalmente considerados como científicos, a los que se atribuye una imagen de puros, creativos, teóricos y conceptuales, tienen más popularidad que los tecnológicos, que se perciben como estudios aplicados, pragmáticos y mecánicos, mientras que las preferencias de los varones están más repartidas. Tampoco se da uniformidad en las distintas disciplinas. Así, las Ciencias Biológicas tienen una aceptación más alta que las Ciencias Físicas o que la Ingeniería Agrónoma cuenta con más mujeres que la de Caminos o Navales. Podríamos decir, que las mujeres que acuden a estos estudios están en minoría, ya que se mueven, ya que se mueven en un espacio regido por lo masculino. Esta disparidad sexual actúa con distintos grados de radicalismo según los campos y países. Pero, prácticamente en todos, la presencia femenina figura con menos intensidad que la masculina. Una vez integradas en las universidades su comportamiento académico es mejor, como media, que el de sus compañeros. Las diferencias con los hombres disminuyen en la terminación de estudios y en las etapas posteriores de sus carreras. Por último, esta minoría se da también en la enseñanza. Predominan las mujeres en la primaria y en secundaria, peor en la universitaria son minoría y sobre todos en carreras tecnológicas. Así, en todo el mundo las profesoras universitarias de Ciencia y Tecnología se concentran en las categorías docentes más bajas y es excepcional encontrarlas en posiciones preeminentes.
Hablar de educación y desigualdad en las mujeres puede parecer lejano a la vista de los logros educativos conseguidos en los últimos veinte años, pero no lo es en el campo de la tecnología. En la actualidad, algo más de diez millones de mujeres europeas cursan estudios universitarios. Sin embargo, sólo una década lo hace en disciplinas científico-tecnológicas. Cifra muy inferior a la que corresponde a sus compañeros varones y que da cuenta de la divergente orientación disciplinar de unas y otros. El acceso de las mujeres a los estudios científico-tecnológicos no es homogéneo y se observa entre los distintos campos importantes diferencias.. Las opciones preferidas son : Ciencias Naturales, Arquitectura, Matemáticas y en último lugar las Ingenierías. Los estudios tradicionalmente considerados como científicos, a los que se atribuye una imagen de puros, creativos, teóricos y conceptuales, tienen más popularidad que los tecnológicos, que se perciben como estudios aplicados, pragmáticos y mecánicos, mientras que las preferencias de los varones están más repartidas. Tampoco se da uniformidad en las distintas disciplinas. Así, las Ciencias Biológicas tienen una aceptación más alta que las Ciencias Físicas o que la Ingeniería Agrónoma cuenta con más mujeres que la de Caminos o Navales. Podríamos decir, que las mujeres que acuden a estos estudios están en minoría, ya que se mueven, ya que se mueven en un espacio regido por lo masculino. Esta disparidad sexual actúa con distintos grados de radicalismo según los campos y países. Pero, prácticamente en todos, la presencia femenina figura con menos intensidad que la masculina. Una vez integradas en las universidades su comportamiento académico es mejor, como media, que el de sus compañeros. Las diferencias con los hombres disminuyen en la terminación de estudios y en las etapas posteriores de sus carreras. Por último, esta minoría se da también en la enseñanza. Predominan las mujeres en la primaria y en secundaria, peor en la universitaria son minoría y sobre todos en carreras tecnológicas. Así, en todo el mundo las profesoras universitarias de Ciencia y Tecnología se concentran en las categorías docentes más bajas y es excepcional encontrarlas en posiciones preeminentes.
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