Entre la escuela y la universidad : la enseñanza secundaria en el siglo XVIII
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1988Publicado en:
Revista de educación. 1988, n. extraordinario ; p. 225-243Resumen:
En la España de la Ilustración, el espacio intermedio entre la enseñanza primaria y la universitaria, ocupado por la gramática latina, se amplía a otras materias, en centros diferenciados, sin plan previo y sin una visión clara de futuro. Se pretende adaptar la educación a los nuevos tiempos pero falta voluntad política para atacar a la raíz de los problemas, que son sociales y económicos. El Estado absolutista ordena y legisla para animar a los particulares a intervenir con sus caudales y su dedicación personal en la reforma educativa. Se fomenta la asociación de los españoles, así, nacen academias y sociedades, colegios profesionales, instituciones científicas y culturales, escuelas privadas y nuevas enseñanzas extrauniversitarias. Pero todo ello, sin un plan concebido y sin apoyo económico, con lo cual, el balance es negativo y no se puede hablar de una verdadera reforma pedagógica duradera. Hasta la época liberal, el Estado español no llega a comprender su responsabilidad en la educación de la juventud.
En la España de la Ilustración, el espacio intermedio entre la enseñanza primaria y la universitaria, ocupado por la gramática latina, se amplía a otras materias, en centros diferenciados, sin plan previo y sin una visión clara de futuro. Se pretende adaptar la educación a los nuevos tiempos pero falta voluntad política para atacar a la raíz de los problemas, que son sociales y económicos. El Estado absolutista ordena y legisla para animar a los particulares a intervenir con sus caudales y su dedicación personal en la reforma educativa. Se fomenta la asociación de los españoles, así, nacen academias y sociedades, colegios profesionales, instituciones científicas y culturales, escuelas privadas y nuevas enseñanzas extrauniversitarias. Pero todo ello, sin un plan concebido y sin apoyo económico, con lo cual, el balance es negativo y no se puede hablar de una verdadera reforma pedagógica duradera. Hasta la época liberal, el Estado español no llega a comprender su responsabilidad en la educación de la juventud.
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