Elogio de la Academia y crisis de la enseñanza
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Fecha:
2005Publicado en:
Cátedra nova. 2005, n. 22, diciembre ; p. 67-78Resumen:
Se presentan unas reflexiones sobre el trámite parlamentario de la Ley de Educación Obligatoria (LOE) y la asignatura de Filosofía. Se analiza la supuesta crisis de la Academia y se defiende y argumenta la vigencia del modelo de la Academia. Se destaca que el problema tiene su origen extrínseco y responde a un desplazamiento de prioridades y centros de interés por parte de ciertas circunstancias. Unos centros de interés para los cuales la función tradicional y originaria de la Academia, la institución docente en el lenguaje moderno, debe ser, como mínimo, parcialmente suprimida. Se propone una especie de deconstrucción en positivo del concepto de educación, a fin de poder determinar qué extensiones de dicho concepto son los que corresponden a la institución académica, por tanto al profesorado, y la necesidad social que se tiene de ella. También se trata de establecer desde qué tipo de condicionantes y supuestas prioridades se lleva a cabo la desnaturalización de la institución hasta convertirla en algo substancialmente distinto a lo que hasta ahora ha sido. La situación del profesorado es de constante cambio de funciones en la institución en la que ejerce. Se concluye con que la sociedad es más compleja, la institución académica es transmisora de conocimientos, y con la LOE se suprime el binomio de docente-discente.
Se presentan unas reflexiones sobre el trámite parlamentario de la Ley de Educación Obligatoria (LOE) y la asignatura de Filosofía. Se analiza la supuesta crisis de la Academia y se defiende y argumenta la vigencia del modelo de la Academia. Se destaca que el problema tiene su origen extrínseco y responde a un desplazamiento de prioridades y centros de interés por parte de ciertas circunstancias. Unos centros de interés para los cuales la función tradicional y originaria de la Academia, la institución docente en el lenguaje moderno, debe ser, como mínimo, parcialmente suprimida. Se propone una especie de deconstrucción en positivo del concepto de educación, a fin de poder determinar qué extensiones de dicho concepto son los que corresponden a la institución académica, por tanto al profesorado, y la necesidad social que se tiene de ella. También se trata de establecer desde qué tipo de condicionantes y supuestas prioridades se lleva a cabo la desnaturalización de la institución hasta convertirla en algo substancialmente distinto a lo que hasta ahora ha sido. La situación del profesorado es de constante cambio de funciones en la institución en la que ejerce. Se concluye con que la sociedad es más compleja, la institución académica es transmisora de conocimientos, y con la LOE se suprime el binomio de docente-discente.
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