El hábito intelectual como término de la actividad didáctica
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Tipo Documental:
Tesis doctoralEstadísticas:
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Fecha:
1978Resumen:
Demostrar que la educación intelectual radica en el hábito intelectual; que el hábito intelectual es la base del perfeccionamiento humano e imprescindible por el carácter discursivo del entendimiento; que éste es único bajo su aspecto formal y múltiple bajo el material; y que se consigue al término de la actividad didáctica y colateralmente con ella, si reúnen determinadas condiciones. Se inicia con la problemática del hábito para después centrarse en el hábito intelectual. También se repasan las divergencias significativas del hábito en la psicología moderna, centrándose en la teoría de Dewey y de Ravaisson. Y por último, se analiza la actividad didáctica y su entorno, principalmente la relación instrucción educativa-consecución de hábitos y aprendizaje-hábito. El hombre es sujeto de hábito en sentido de propium. Solo pueden considerarse hábitos los radicados en las facultades superiores del hombre, es decir, entendimiento y voluntad. Por ello, ni los seres ontológicamente superiores al hombre ni los inferiores pueden tener hábitos en este sentido. De entre todos los hábitos, el intelectual es básico para la adquisición de otros como los morales. El hombre es educable en la justa medida de sus posibilidades de habituación y la educación se consuma en él cuando usa de sus hábitos. No toda instrucción produce automáticamente hábitos operativos, sólo quella que lleva los elementos que le confieren el modo de perfección necesario para la formación de hábitos. Por tanto, hábito solo se puede dar en el hombre; supone una posibilidad de autoperfeccionamiento; y presupone la existencia de racionalidad y libertad.
Demostrar que la educación intelectual radica en el hábito intelectual; que el hábito intelectual es la base del perfeccionamiento humano e imprescindible por el carácter discursivo del entendimiento; que éste es único bajo su aspecto formal y múltiple bajo el material; y que se consigue al término de la actividad didáctica y colateralmente con ella, si reúnen determinadas condiciones. Se inicia con la problemática del hábito para después centrarse en el hábito intelectual. También se repasan las divergencias significativas del hábito en la psicología moderna, centrándose en la teoría de Dewey y de Ravaisson. Y por último, se analiza la actividad didáctica y su entorno, principalmente la relación instrucción educativa-consecución de hábitos y aprendizaje-hábito. El hombre es sujeto de hábito en sentido de propium. Solo pueden considerarse hábitos los radicados en las facultades superiores del hombre, es decir, entendimiento y voluntad. Por ello, ni los seres ontológicamente superiores al hombre ni los inferiores pueden tener hábitos en este sentido. De entre todos los hábitos, el intelectual es básico para la adquisición de otros como los morales. El hombre es educable en la justa medida de sus posibilidades de habituación y la educación se consuma en él cuando usa de sus hábitos. No toda instrucción produce automáticamente hábitos operativos, sólo quella que lleva los elementos que le confieren el modo de perfección necesario para la formación de hábitos. Por tanto, hábito solo se puede dar en el hombre; supone una posibilidad de autoperfeccionamiento; y presupone la existencia de racionalidad y libertad.
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