Familia y educación sexual : algo más que preguntas y respuestas
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2006Publicado en:
Padres y madres de alumnos alumnas. 2006, n. 86, marzo-abril ; p. II-VIIResumen:
Se trata de la familia y la educación sexual. La familia, la escuela y los agentes sociales hacen y deben ofrecer algo más que preguntas y respuestas sobre la educación sexual. Se sitúa la educación sexual como educación de las sexualidades en donde cada persona expresa su sexualidad desde su peculiar manera de sentir y sentirse. Entre los objetivos principales de la educación sexual se destaca que compete a todos; debe contribuir a aprender a conocerse; los niños deben aprender a aceptarse como persona única y singular; debe contribuir a las expresiones de la erótica para ser feliz; y toda educación debe ser ambiciosa. Las familias deben establecer un diálogo más allá de la escuela; ser capaces de hablar con los hijos; mostrar buena disposición; escuchar y ser escuchados; tratar cuáles son las necesidades; y a conocer todo el cuerpo. Se realizan varias observaciones en que hay que educar y no adoctrinar: enseñar que hay conductas que competen a espacios íntimos; a informar sobre las relaciones eróticas; a hablar de los valores y criterios; y a insistir en la responsabilidad de lo que se dice y cómo se dice; a ser escuchados y a no ser contado; a respetar su silencio; a ser naturales, mostrarse tal y como se es; y a aprender a conocerse.
Se trata de la familia y la educación sexual. La familia, la escuela y los agentes sociales hacen y deben ofrecer algo más que preguntas y respuestas sobre la educación sexual. Se sitúa la educación sexual como educación de las sexualidades en donde cada persona expresa su sexualidad desde su peculiar manera de sentir y sentirse. Entre los objetivos principales de la educación sexual se destaca que compete a todos; debe contribuir a aprender a conocerse; los niños deben aprender a aceptarse como persona única y singular; debe contribuir a las expresiones de la erótica para ser feliz; y toda educación debe ser ambiciosa. Las familias deben establecer un diálogo más allá de la escuela; ser capaces de hablar con los hijos; mostrar buena disposición; escuchar y ser escuchados; tratar cuáles son las necesidades; y a conocer todo el cuerpo. Se realizan varias observaciones en que hay que educar y no adoctrinar: enseñar que hay conductas que competen a espacios íntimos; a informar sobre las relaciones eróticas; a hablar de los valores y criterios; y a insistir en la responsabilidad de lo que se dice y cómo se dice; a ser escuchados y a no ser contado; a respetar su silencio; a ser naturales, mostrarse tal y como se es; y a aprender a conocerse.
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