Un modelo educativo para la sociedad del siglo XXI
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Fecha:
2003Publicado en:
Organización y gestión educativa : revista del Forum Europeo de Administradores de la Educación. 2003, n. 1 ; p. 16-20Resumen:
El modelo de educación que consideremos válido lo será en función del tipo de mundo en el que queramos vivir. Evidentemente, estrenamos el siglo XXI sin haber construido la sociedad deseable; y del mismo modo que no es posible un gran cambio educativo sin un gran cambio social, tampoco es posible un gran cambio educativo sin un gran cambio social. Pero por algún sitio hay que empezar y el aula es un lugar privilegiado para los que consideramos que el fututo empieza cada día. La neutralidad es imposible. Las reflexiones de este artículo, que responden a las cuestiones ¿podemos sustituir el derecho de todos a la educación por un negocio rentable para las empresas?, ¿es compatible la democracia con una formación estratificada en función de las necesidades del mercado?, ¿puede la escuela educar para la democracia sin ser ella misma una institución democrática?, se construyen sobre la toma de partido y el compromiso educativo que, en último término, es un compromiso social y político.
El modelo de educación que consideremos válido lo será en función del tipo de mundo en el que queramos vivir. Evidentemente, estrenamos el siglo XXI sin haber construido la sociedad deseable; y del mismo modo que no es posible un gran cambio educativo sin un gran cambio social, tampoco es posible un gran cambio educativo sin un gran cambio social. Pero por algún sitio hay que empezar y el aula es un lugar privilegiado para los que consideramos que el fututo empieza cada día. La neutralidad es imposible. Las reflexiones de este artículo, que responden a las cuestiones ¿podemos sustituir el derecho de todos a la educación por un negocio rentable para las empresas?, ¿es compatible la democracia con una formación estratificada en función de las necesidades del mercado?, ¿puede la escuela educar para la democracia sin ser ella misma una institución democrática?, se construyen sobre la toma de partido y el compromiso educativo que, en último término, es un compromiso social y político.
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