Mi agenda de mediación
Nivel Educativo:
Tipo Documental:
Material didácticoEstadísticas:
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Fecha:
2007Resumen:
Esta publicación es un ejemplo excelente de contribución a la cultura de paz desde el ámbito educativo. Se trata de un material sólidamente fundamentado que, a la vez, destaca por su orientación volcada a la práctica, una verdadera invitación a ejercitar en la vida escolar la técnica de la mediación, estrategia utilísima para la resolución pacífica de conflictos. La cultura de paz está vinculada intrínsecamente a la prevención y, desde luego, a la solución de conflictos por medios no violentos. Es una cultura fundada en la tolerancia, la convivencia y la solidaridad cotidiana; es una cultura que respeta los derechos de todos y que se orienta esencialmente a prevenir la agresividad derivada de un conflicto mal afrontado. Se sabe que el conflicto es consustancial al ser humano, forma parte de la vida y, en sí mismo, no es algo que haya que considerar necesariamente negativo. Muchas veces, la existencia de conflictos deriva de la diversidad humana y de la legítima diferencia entre las personas. El único peligro está en adoptar la salida siempre fácil y mostrenca de la violencia. Por el contrario: intentar encontrar soluciones pacíficas para solventar diferencias es siempre el mejor método para hacer crecer al ser humano; en sabiduría, en creatividad, en imaginación... El aprendizaje de resolución pacífica de conflictos es, pues, una dimensión trascendental de la Educación para la Paz, teniendo en cuenta que si realmente es importante conocer las razones del conflicto, mucho más aún es disponer, inventar y movilizar mecanismos para que su regulación se haga por medios pacíficos. Y en esta órbita se inscribe la labor de mediación que discurre siempre por la senda de la negociación, del diálogo, de las soluciones pactadas. Por lo tanto, para vivir en un mundo pacífico no basta con desearlo, ni con hacer grandes proclamas o declaraciones, es imprescindible entrenarse para la paz, practicar las vías pacíficas hasta conseguir hacer de la nuestra una cultura de paz.
Esta publicación es un ejemplo excelente de contribución a la cultura de paz desde el ámbito educativo. Se trata de un material sólidamente fundamentado que, a la vez, destaca por su orientación volcada a la práctica, una verdadera invitación a ejercitar en la vida escolar la técnica de la mediación, estrategia utilísima para la resolución pacífica de conflictos. La cultura de paz está vinculada intrínsecamente a la prevención y, desde luego, a la solución de conflictos por medios no violentos. Es una cultura fundada en la tolerancia, la convivencia y la solidaridad cotidiana; es una cultura que respeta los derechos de todos y que se orienta esencialmente a prevenir la agresividad derivada de un conflicto mal afrontado. Se sabe que el conflicto es consustancial al ser humano, forma parte de la vida y, en sí mismo, no es algo que haya que considerar necesariamente negativo. Muchas veces, la existencia de conflictos deriva de la diversidad humana y de la legítima diferencia entre las personas. El único peligro está en adoptar la salida siempre fácil y mostrenca de la violencia. Por el contrario: intentar encontrar soluciones pacíficas para solventar diferencias es siempre el mejor método para hacer crecer al ser humano; en sabiduría, en creatividad, en imaginación... El aprendizaje de resolución pacífica de conflictos es, pues, una dimensión trascendental de la Educación para la Paz, teniendo en cuenta que si realmente es importante conocer las razones del conflicto, mucho más aún es disponer, inventar y movilizar mecanismos para que su regulación se haga por medios pacíficos. Y en esta órbita se inscribe la labor de mediación que discurre siempre por la senda de la negociación, del diálogo, de las soluciones pactadas. Por lo tanto, para vivir en un mundo pacífico no basta con desearlo, ni con hacer grandes proclamas o declaraciones, es imprescindible entrenarse para la paz, practicar las vías pacíficas hasta conseguir hacer de la nuestra una cultura de paz.
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