Discapacidad intelectual y necesidades educativas especiales asociadas
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Tesis doctoralEstadísticas:
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Fecha:
2004Resumen:
Tratar de llegar a conseguir una forma de diagnóstico de la discapacidad intelectual asociada a retraso mental ligero (r.m.l.) en el ámbito escolar a través del diseño de una forma diferente de evaluación de la discapacidad cognitiva y partiendo de los resultados obtenidos en esta investigación. Se realizan tres estudios empíricos: Estudio 1. Evaluación de las capacidades cognitivas. Los tests de inteligencia (K-BIT, WISC-R, MATRICES PROGRESIVAS DE RAVEN Y TONI-2) se administran a 88 niños y 63 niñas de Enseñanza Primaria Obligatoria de 6 a 12 años de diez centros escolares de zonas de Málaga de actuación educativa preferente. Los alumnos de estos centros son de clase social baja y media baja. Es un criterio común entre los profesores o diferentes profesionales que trabajan en esta zona el identificar estos centros como semejantes en esta condición. Es preciso aclarar que la muestra inicial es de 205 alumnos. Seis de estos centros son de titularidad pública y cuatro privados concertados. Los instrumentos utilizados son Tests de Inteligencia y Cuestionario Criterio. Estudio 2. Evaluación de las diferencias entre alumnos diagnosticados con y sin discapacidad en relación con las capacidades cognitivas. Los sujetos que participan en esta investigación son 136 niños y niñas (67 y 69) de Enseñanza Primaria Obligatoria de 6 a 12 años de diez centros escolares de zonas de Málaga de actuación educativa preferente. Los alumnos de esta muestra son de clase social baja y media baja. De los que participan, 57 son asignados a grupo de discapacidad y 69 a grupo de no discapacidad. La asignación a cada grupo la hace la orientadora de cada centro, una vez aplicados los tests de inteligencia, cumplimentado el Cuestionario Criterio y llegando a un consenso en cada caso con el profesor tutor del alumno. Además de los tests de inteligencia y del Cuestionario Criterio citados en el estudio 1, se han utilizado como materiales específicos para esta investigación el Test de la Figura Compleja de Rey y las Notas Escolares. Estudio 3. Estudio del cuestionario aplicado a los orientadores. El cuestionario se envía a 60 profesionales distribuidos de la siguiente forma. Un total de 30 cuestionarios se entrega a los orientadores en ejercicio de los Equipos de Orientación Educativa de Málaga (titulados que forman parte de la Asociación de Psicólogos y Pedagogos de Málaga, ASIPEMA), mediante correo electrónico o bien personalmente; 30 cuestionarios más se entregan a otros orientadores de Enseñanza Primaria. Todos estos profesionales son titulados en Psicología, Pedagogía o Psicopedagogía, con al menos 5 años de experiencia. De ellos se reciben cumplimentados los de 35 orientadores (6 titulados en Pedagogía, 18 titulados en Psicología, 2 en Psicopedagogía y 9 en Psicología y Pedagogía), en total 21 mujeres y 14 hombres . Se ha partido de que a veces el diagnóstico de retraso mental puede no estar claramente delimitado, lo que da lugar a confusiones en el diagnóstico. Si se sigue el criterio que se expone, la mayoría de los alumnos que se califican en los colegios como retrasados, no lo son. La demanda de evaluación y diagnóstico de retraso mental responde más a una necesidad de ayuda del profesor para ese alumno concreto en cuanto a dificultades de aprendizaje o problemas de conducta que a una supuesta discapacidad o deficiencia. Como resultado de los dos primeros estudios empíricos se puede decir que, en la muestra que se ha analizado, existen diferencias entre los tests que se utilizan para la evaluación de la inteligencia, pero esta diferencia no ha sido significativa en el caso de los tests K-BIT y MATRICES PROGRESIVAS DE RAVEN, siendo éstos dos los que presentan una puntuación media con respecto al resto de los tests empleados, por lo que parece que es más útil la utilización de ambas pruebas. Como resumen de las conclusiones obtenidas se destaca lo siguiente: La opinión de los profesionales expertos que cumplimentaron el cuestionario, es que en la valoración de la discapacidad mental se deben incluir como componentes el funcionamiento intelectual global y el específico, la conducta adaptativa, la competencia curricular, la motivación para aprender y el potencial de aprendizaje.
Tratar de llegar a conseguir una forma de diagnóstico de la discapacidad intelectual asociada a retraso mental ligero (r.m.l.) en el ámbito escolar a través del diseño de una forma diferente de evaluación de la discapacidad cognitiva y partiendo de los resultados obtenidos en esta investigación. Se realizan tres estudios empíricos: Estudio 1. Evaluación de las capacidades cognitivas. Los tests de inteligencia (K-BIT, WISC-R, MATRICES PROGRESIVAS DE RAVEN Y TONI-2) se administran a 88 niños y 63 niñas de Enseñanza Primaria Obligatoria de 6 a 12 años de diez centros escolares de zonas de Málaga de actuación educativa preferente. Los alumnos de estos centros son de clase social baja y media baja. Es un criterio común entre los profesores o diferentes profesionales que trabajan en esta zona el identificar estos centros como semejantes en esta condición. Es preciso aclarar que la muestra inicial es de 205 alumnos. Seis de estos centros son de titularidad pública y cuatro privados concertados. Los instrumentos utilizados son Tests de Inteligencia y Cuestionario Criterio. Estudio 2. Evaluación de las diferencias entre alumnos diagnosticados con y sin discapacidad en relación con las capacidades cognitivas. Los sujetos que participan en esta investigación son 136 niños y niñas (67 y 69) de Enseñanza Primaria Obligatoria de 6 a 12 años de diez centros escolares de zonas de Málaga de actuación educativa preferente. Los alumnos de esta muestra son de clase social baja y media baja. De los que participan, 57 son asignados a grupo de discapacidad y 69 a grupo de no discapacidad. La asignación a cada grupo la hace la orientadora de cada centro, una vez aplicados los tests de inteligencia, cumplimentado el Cuestionario Criterio y llegando a un consenso en cada caso con el profesor tutor del alumno. Además de los tests de inteligencia y del Cuestionario Criterio citados en el estudio 1, se han utilizado como materiales específicos para esta investigación el Test de la Figura Compleja de Rey y las Notas Escolares. Estudio 3. Estudio del cuestionario aplicado a los orientadores. El cuestionario se envía a 60 profesionales distribuidos de la siguiente forma. Un total de 30 cuestionarios se entrega a los orientadores en ejercicio de los Equipos de Orientación Educativa de Málaga (titulados que forman parte de la Asociación de Psicólogos y Pedagogos de Málaga, ASIPEMA), mediante correo electrónico o bien personalmente; 30 cuestionarios más se entregan a otros orientadores de Enseñanza Primaria. Todos estos profesionales son titulados en Psicología, Pedagogía o Psicopedagogía, con al menos 5 años de experiencia. De ellos se reciben cumplimentados los de 35 orientadores (6 titulados en Pedagogía, 18 titulados en Psicología, 2 en Psicopedagogía y 9 en Psicología y Pedagogía), en total 21 mujeres y 14 hombres . Se ha partido de que a veces el diagnóstico de retraso mental puede no estar claramente delimitado, lo que da lugar a confusiones en el diagnóstico. Si se sigue el criterio que se expone, la mayoría de los alumnos que se califican en los colegios como retrasados, no lo son. La demanda de evaluación y diagnóstico de retraso mental responde más a una necesidad de ayuda del profesor para ese alumno concreto en cuanto a dificultades de aprendizaje o problemas de conducta que a una supuesta discapacidad o deficiencia. Como resultado de los dos primeros estudios empíricos se puede decir que, en la muestra que se ha analizado, existen diferencias entre los tests que se utilizan para la evaluación de la inteligencia, pero esta diferencia no ha sido significativa en el caso de los tests K-BIT y MATRICES PROGRESIVAS DE RAVEN, siendo éstos dos los que presentan una puntuación media con respecto al resto de los tests empleados, por lo que parece que es más útil la utilización de ambas pruebas. Como resumen de las conclusiones obtenidas se destaca lo siguiente: La opinión de los profesionales expertos que cumplimentaron el cuestionario, es que en la valoración de la discapacidad mental se deben incluir como componentes el funcionamiento intelectual global y el específico, la conducta adaptativa, la competencia curricular, la motivación para aprender y el potencial de aprendizaje.
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