La marginación del deficiente mental
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Fecha:
1978Resumen:
Dar a conocer la marginación del deficiente mental. 55 sujetos que son padres de subnormales, educadores especiales y personas normales. Analiza los conceptos de marginación y deficiencia mental para abordar después el estudio de la marginación familiar, escolar, laboral y social. Posteriormente realiza un análisis experimental para averiguar el grado de marginación del deficiente mental. Cuestionario. El cuestionario consta de 13 ítems, de los cuales una primera parte investiga acerca de una posible marginación familiar, la segunda de una marginación escolar y la tercera de la marginación social que sufre el deficiente mental. El cuestionario se ha aplicado a padres de subnormales, educadores especiales y al público en general. Estos tres grupos han sido clasificados en función del sexo, del estado civil y de la relación que tiene con el subnormal. 1) La mayoría de los educadores especiales creen que el deficiente mental es atendido en la familia igual que sus hermanos, esta opinión no es plenamente compartida por los padres de los subnormales, mientras que el público abunda en la opinión de que se les trata mejor. Los grupos resultantes de las variables sexo y estado civil apenas difieren entre sí en la apreciación del trato que se les da a los subnormales. Todos esos grupos opinan mayoritariamente que les trata mejor. 2) Los padres envían a sus hijos deficientes mentales a los centros porque creen en una posible recuperación, esto es lo que opinan la gran mayoría de los componentes de cada grupo, aunque hay un 14 por 100 y un 10 por 100 de educadores y mujeres respectivamente que afirman que es para olvidarse un poco de ese problema. 3) Un porcentaje bastante considerable de padres piensan que la presencia de un deficiente mental en la familia debilita la relación entre los esposos. Esta idea la comparten también principalmente las mujeres y las personas casadas. Por el contrario los educadores y el público en su mitad opinan más bien que fortalece la relación, casi nadie dice que sea algo indiferente. Es muy llamativa la opinión más común entre los padres. 4) Casi todos los encuestados coinciden en la respuesta de que la causa principal por la que los deficientes mentales permanecen en sus casas sin asistir a un centro especial es por la falta de centros. La falta de medios económicos es la segunda causa importante, según los grupos que ofrecen porcentajes similares de respuestas a este respecto. 5) Según la mayor parte de los padres, los educadores aconsejan que los deficientes mentales vayan a un centro de educación especial. En esta idea abundan también los educadores, aunque un alto porcentaje de éstos aconsejan que se vayan a un centro de psico diagnóstico. La opinión de las otras categorías están poco diferenciadas y se reparten en forma semejante entre todas las respuestas. 6) El 64 por 100 de la muestra opina que el número de centros de educación especial es muy insuficiente, mientras que un 36 por 100 dicen que es sólo insuficiente. Nadie cree que su número sea suficiente. 8) Los padres y el público se anidan al pensar que los centros los pagan las familias, no así los educadores. Varones y mujeres por un lado, y casados y solteros por otro, dan respuestas con índices de frecuencia muy similares. 9) Un 92 por 100 estima que el trabajo ayuda al deficiente mental a integrarse socialmente y tan sólo un 5 por 100 son partidarios del trabajo del deficiente y lo mismo de los padres en un 83 por 100. 10) Los deficientes mentales tienen posibilidades de desempeñar un trabajo remunerado, según el parecer de casi todos los encuestados. 11) El 100 por 100 de la muestra afirma que es necesario crear centros asistenciales para deficientes profundos y para deficientes adultos. 12) Casi la totalidad de los padres, educadores y público en general dicen que los medios de comunicación apenas se preocupan o no prestan la suficiente atención a la problemática de los deficientes. 13) Los educadores que son los que mejor pueden conocer la problemática afirman que los centros están mal atendidos en cuanto a material didáctico, servicios de recuperación e instalaciones, esta opinión la comparte también la mayor parte de los padres y del público. Los varones y los casados afirman también en un buen porcentaje que los centros están muy mal dotados. Nadie cree que estén muy bien y sólo un 13 por 100 del público estima que están bien dotados. En general, con las opiniones de los sujetos de la muestra se puede afirmar que los deficientes mentales sufren marginación tanto a nivel familiar como sobre todo a nivel escolar y social.
Dar a conocer la marginación del deficiente mental. 55 sujetos que son padres de subnormales, educadores especiales y personas normales. Analiza los conceptos de marginación y deficiencia mental para abordar después el estudio de la marginación familiar, escolar, laboral y social. Posteriormente realiza un análisis experimental para averiguar el grado de marginación del deficiente mental. Cuestionario. El cuestionario consta de 13 ítems, de los cuales una primera parte investiga acerca de una posible marginación familiar, la segunda de una marginación escolar y la tercera de la marginación social que sufre el deficiente mental. El cuestionario se ha aplicado a padres de subnormales, educadores especiales y al público en general. Estos tres grupos han sido clasificados en función del sexo, del estado civil y de la relación que tiene con el subnormal. 1) La mayoría de los educadores especiales creen que el deficiente mental es atendido en la familia igual que sus hermanos, esta opinión no es plenamente compartida por los padres de los subnormales, mientras que el público abunda en la opinión de que se les trata mejor. Los grupos resultantes de las variables sexo y estado civil apenas difieren entre sí en la apreciación del trato que se les da a los subnormales. Todos esos grupos opinan mayoritariamente que les trata mejor. 2) Los padres envían a sus hijos deficientes mentales a los centros porque creen en una posible recuperación, esto es lo que opinan la gran mayoría de los componentes de cada grupo, aunque hay un 14 por 100 y un 10 por 100 de educadores y mujeres respectivamente que afirman que es para olvidarse un poco de ese problema. 3) Un porcentaje bastante considerable de padres piensan que la presencia de un deficiente mental en la familia debilita la relación entre los esposos. Esta idea la comparten también principalmente las mujeres y las personas casadas. Por el contrario los educadores y el público en su mitad opinan más bien que fortalece la relación, casi nadie dice que sea algo indiferente. Es muy llamativa la opinión más común entre los padres. 4) Casi todos los encuestados coinciden en la respuesta de que la causa principal por la que los deficientes mentales permanecen en sus casas sin asistir a un centro especial es por la falta de centros. La falta de medios económicos es la segunda causa importante, según los grupos que ofrecen porcentajes similares de respuestas a este respecto. 5) Según la mayor parte de los padres, los educadores aconsejan que los deficientes mentales vayan a un centro de educación especial. En esta idea abundan también los educadores, aunque un alto porcentaje de éstos aconsejan que se vayan a un centro de psico diagnóstico. La opinión de las otras categorías están poco diferenciadas y se reparten en forma semejante entre todas las respuestas. 6) El 64 por 100 de la muestra opina que el número de centros de educación especial es muy insuficiente, mientras que un 36 por 100 dicen que es sólo insuficiente. Nadie cree que su número sea suficiente. 8) Los padres y el público se anidan al pensar que los centros los pagan las familias, no así los educadores. Varones y mujeres por un lado, y casados y solteros por otro, dan respuestas con índices de frecuencia muy similares. 9) Un 92 por 100 estima que el trabajo ayuda al deficiente mental a integrarse socialmente y tan sólo un 5 por 100 son partidarios del trabajo del deficiente y lo mismo de los padres en un 83 por 100. 10) Los deficientes mentales tienen posibilidades de desempeñar un trabajo remunerado, según el parecer de casi todos los encuestados. 11) El 100 por 100 de la muestra afirma que es necesario crear centros asistenciales para deficientes profundos y para deficientes adultos. 12) Casi la totalidad de los padres, educadores y público en general dicen que los medios de comunicación apenas se preocupan o no prestan la suficiente atención a la problemática de los deficientes. 13) Los educadores que son los que mejor pueden conocer la problemática afirman que los centros están mal atendidos en cuanto a material didáctico, servicios de recuperación e instalaciones, esta opinión la comparte también la mayor parte de los padres y del público. Los varones y los casados afirman también en un buen porcentaje que los centros están muy mal dotados. Nadie cree que estén muy bien y sólo un 13 por 100 del público estima que están bien dotados. En general, con las opiniones de los sujetos de la muestra se puede afirmar que los deficientes mentales sufren marginación tanto a nivel familiar como sobre todo a nivel escolar y social.
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