Cómo hacer una biblioteca colaborativa
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2024Resumen:
Cuando se piensa en una biblioteca, se idean espacios con historia y conocimiento, pero fundamentalmente libros ¿verdad?, temas, historia y espacios que conjugan sabiduría y olor a épocas. Sin embargo, en los tiempos que corren, la ciudadanía quiere que las bibliotecas, sus espacios, sus colecciones y sus recursos, estén al servicio de sus demandas de participación, de su creatividad, de su vocación de aprender y de enseñar, van a querer que sean un espacio desde el que desarrollar su compromiso con la comunidad. Esta es solo una de las dimensiones de la colaboración, pero hay otras: la biblioteca debe colaborar con su entorno de manera decidida y debe explotar su tremendo potencial como plataforma de sensibilización y colaborar con otras bibliotecas. Solo desde esta voluntad colaborativa seguirán siendo un servicio imprescindible en las sociedades contemporáneas. Una biblioteca colaborativa es un espacio creativo, de experimentación, en los que se fomenta el interés por compartir conocimiento en el espacio virtual, con denominaciones específicas como bibliolabs y de forma divertida compartir más que documentos, vídeos, podcast, música y todo lo que ilustre la información que se genera con otras personas. Las bibliotecas han dejado de ser islas, espacios para el silencio; ahora, y en línea con el concepto de MakerSpaces, son los usuarios los que crean comunidades (dentro y fuera del edificio bibliotecario). Se trata de ser "detectives de la información". La guía se pone este traje para buscar y seleccionar la información que se necesita sobre un tema, pero colaborando con otras personas. Lo digital irrumpió con fuerza en este campo y este proceso se puede hacer de manera completamente integrada gracias a programas como Zotero que facilitan la gestión del conocimiento y promueven el trabajo colaborativo para generar ese conocimiento entre todas las personas.
Cuando se piensa en una biblioteca, se idean espacios con historia y conocimiento, pero fundamentalmente libros ¿verdad?, temas, historia y espacios que conjugan sabiduría y olor a épocas. Sin embargo, en los tiempos que corren, la ciudadanía quiere que las bibliotecas, sus espacios, sus colecciones y sus recursos, estén al servicio de sus demandas de participación, de su creatividad, de su vocación de aprender y de enseñar, van a querer que sean un espacio desde el que desarrollar su compromiso con la comunidad. Esta es solo una de las dimensiones de la colaboración, pero hay otras: la biblioteca debe colaborar con su entorno de manera decidida y debe explotar su tremendo potencial como plataforma de sensibilización y colaborar con otras bibliotecas. Solo desde esta voluntad colaborativa seguirán siendo un servicio imprescindible en las sociedades contemporáneas. Una biblioteca colaborativa es un espacio creativo, de experimentación, en los que se fomenta el interés por compartir conocimiento en el espacio virtual, con denominaciones específicas como bibliolabs y de forma divertida compartir más que documentos, vídeos, podcast, música y todo lo que ilustre la información que se genera con otras personas. Las bibliotecas han dejado de ser islas, espacios para el silencio; ahora, y en línea con el concepto de MakerSpaces, son los usuarios los que crean comunidades (dentro y fuera del edificio bibliotecario). Se trata de ser "detectives de la información". La guía se pone este traje para buscar y seleccionar la información que se necesita sobre un tema, pero colaborando con otras personas. Lo digital irrumpió con fuerza en este campo y este proceso se puede hacer de manera completamente integrada gracias a programas como Zotero que facilitan la gestión del conocimiento y promueven el trabajo colaborativo para generar ese conocimiento entre todas las personas.
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