Alcoholismo, evitación experiencial y terapia de aceptación y compromiso (ACT)
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Fecha:
2001Publicado en:
Análisis y modificación de conducta. 2001, v.27, n.113 ; p. 333-371Resumen:
Se presenta la aplicación de ACT a un caso clínico de alcoholismo en el contexto de un estilo emocional dependiente de valoraciones. Su consumo de alcohol se circunscribía tanto a situaciones con función aversiva que implicaban niveles altos de malestar o ansiedad como a situaciones en las que estar alegre cumplía igualmente la función de incitar a beber. Su estilo personal dependiente de valoraciones y el alcoholismo eran componentes de un trastorno de evitación experiencial (Hayes, Wilson, Strosahl, Gilford y Follette, 1996) en tanto que su plan era evitar situaciones de ansiedad o malestar que estaban asociadas a valoraciones negativas de otros sobre su capacidad para 'alegrar' y resolver situacioes o actuar exitosamente, y a su valoración negativa respecto de su relación de pareja. En la primera fase del tratamiento se realizaron nueve sesiones en un mes y medio en unas condiciones protectoras por los efectos de fármacos antagonistas y ansiolíticos y la atención adicional por parte de su familia para reducir al máximo cualquier tipo de malestar o situación de estrés. Se introdujeron todos los componentes de ACT utilizando múltiples ejercicios para que el cliente aprendiese a discernir lo que podía y quería cambiar y lo que tendría que aceptar; esto es, las funciones de los eventos privados, cuando éstos se presentasen como una barrera para actuar en la dirección valiosa para él. La segunda fase se llevó a cabo cuando los efectos protectores hubieron desaparecido (tanto los antagonistas como la normalización de su actividad). Se realizaron doce sesiones dirigidas a alterar la función de las urgencias o necesidad por beber y la necesidad de beber asociada a su estilo personal dependiente de valoraciones negativas. Durante este período se produjeron episodios de bebida que sirvieron para que el cliente experimentase el costo del control deliberado de los eventos privados. Siguió, entonces, un período de seguimiento de trece meses en el que se trabajaron las barreras a la disponibilidad a estar abierto al malestar psicológico, lo que supuso reducir su adherencia a reglas por el valor que tenía 'andar o seguir su vida'. Se discuten los resultados en términos de la perspectiva o distanciamiento respecto de la función verbal y el autoconocimiento producido con el costo de los episodios de bebida. Se discuten también los resultados en términos de las estrategias clínicas utilizadas para alterar la función aversiva de contenidos personales de diversa índole, es decir, la importancia crucial de múltiples ejemplos y oportunidades con alto nivel de ansiedad y ganas de beber para producir un cambio derivado en las relaciones arbitrarias pensar-sentir-actuar. Este aspecto ha permitido la abstracción de tales elementos en un nuevo marco de referencia alterando la clase funcional de evitación; un resultado que utilizando otra terminología, quizá, se puede analizar como un cambio o alteración de la función de los esquemas cognitivos.
Se presenta la aplicación de ACT a un caso clínico de alcoholismo en el contexto de un estilo emocional dependiente de valoraciones. Su consumo de alcohol se circunscribía tanto a situaciones con función aversiva que implicaban niveles altos de malestar o ansiedad como a situaciones en las que estar alegre cumplía igualmente la función de incitar a beber. Su estilo personal dependiente de valoraciones y el alcoholismo eran componentes de un trastorno de evitación experiencial (Hayes, Wilson, Strosahl, Gilford y Follette, 1996) en tanto que su plan era evitar situaciones de ansiedad o malestar que estaban asociadas a valoraciones negativas de otros sobre su capacidad para 'alegrar' y resolver situacioes o actuar exitosamente, y a su valoración negativa respecto de su relación de pareja. En la primera fase del tratamiento se realizaron nueve sesiones en un mes y medio en unas condiciones protectoras por los efectos de fármacos antagonistas y ansiolíticos y la atención adicional por parte de su familia para reducir al máximo cualquier tipo de malestar o situación de estrés. Se introdujeron todos los componentes de ACT utilizando múltiples ejercicios para que el cliente aprendiese a discernir lo que podía y quería cambiar y lo que tendría que aceptar; esto es, las funciones de los eventos privados, cuando éstos se presentasen como una barrera para actuar en la dirección valiosa para él. La segunda fase se llevó a cabo cuando los efectos protectores hubieron desaparecido (tanto los antagonistas como la normalización de su actividad). Se realizaron doce sesiones dirigidas a alterar la función de las urgencias o necesidad por beber y la necesidad de beber asociada a su estilo personal dependiente de valoraciones negativas. Durante este período se produjeron episodios de bebida que sirvieron para que el cliente experimentase el costo del control deliberado de los eventos privados. Siguió, entonces, un período de seguimiento de trece meses en el que se trabajaron las barreras a la disponibilidad a estar abierto al malestar psicológico, lo que supuso reducir su adherencia a reglas por el valor que tenía 'andar o seguir su vida'. Se discuten los resultados en términos de la perspectiva o distanciamiento respecto de la función verbal y el autoconocimiento producido con el costo de los episodios de bebida. Se discuten también los resultados en términos de las estrategias clínicas utilizadas para alterar la función aversiva de contenidos personales de diversa índole, es decir, la importancia crucial de múltiples ejemplos y oportunidades con alto nivel de ansiedad y ganas de beber para producir un cambio derivado en las relaciones arbitrarias pensar-sentir-actuar. Este aspecto ha permitido la abstracción de tales elementos en un nuevo marco de referencia alterando la clase funcional de evitación; un resultado que utilizando otra terminología, quizá, se puede analizar como un cambio o alteración de la función de los esquemas cognitivos.
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