Pensamiento crítico en ESO y Bachillerato : perspectiva de docentes y estudiantes de un IES en una provincia del norte de España
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2020Publicado en:
Tendencias pedagógicas. 2021, n. 37, enero-junio ; p. 121-133Resumen:
Se analiza la perspectiva de profesorado y alumnado en relación al desarrollo del pensamiento crítico en las etapas de ESO y Bachillerato en un Instituto de Educación Secundaria (IES) de una provincia del norte de España, durante el curso académico 2018-2019. Paralelamente, se estudian las concepciones que ambos colectivos poseen sobre el pensamiento crítico, así como las prácticas, estrategias y/o metodologías que se emplean en el centro educativo con el propósito de fomentar dicho pensamiento en el alumnado. Se han utilizado cuestionarios ad hoc para la recogida de datos sobre una muestra de 25 docentes y 43 estudiantes. Los docentes consideran 3 capacidades básicas del pensamiento crítico: cuestionar la información, crear una visión propia y analizar e interpretar la información. Las prácticas, estrategias y metodologías más frecuentes son: debates, ejercicios escritos de opinión personal, análisis y comentario de textos. Aspectos que el alumnado destaca sobre el pensamiento crítico son: capacidad de análisis y reflexión, construcción de un pensamiento personal, comprensión de la información recibida. Las prácticas, estrategias o metodologías que el alumnado indica que el profesorado utiliza para fomentar su pensamiento crítico se dividen en 6 grupos: debates, aprendizaje cooperativo, preguntas de opinión, trabajos de investigación, comentarios críticos de textos, actividades extraescolares. Tanto docentes como estudiantes señalan el pensamiento crítico como un aspecto a desarrollar en ESO y Bachillerato, y perciben la utilidad de las actividades para fomentarlo ya que mejora sus capacidades de aprendizaje y permite obtener mejores calificaciones. Ninguno de los dos colectivos considera que el pensamiento crítico del alumnado es suficientemente promovido en el centro, el alumnado pide que los docentes dediquen más tiempo a trabajar este aspecto y, los docentes, solicitan actividades de formación para poder hacerlo de manera apropiada. Finalmente, se identifican los principales puntos débiles en la conceptualización del pensamiento crítico y su evaluación.
Se analiza la perspectiva de profesorado y alumnado en relación al desarrollo del pensamiento crítico en las etapas de ESO y Bachillerato en un Instituto de Educación Secundaria (IES) de una provincia del norte de España, durante el curso académico 2018-2019. Paralelamente, se estudian las concepciones que ambos colectivos poseen sobre el pensamiento crítico, así como las prácticas, estrategias y/o metodologías que se emplean en el centro educativo con el propósito de fomentar dicho pensamiento en el alumnado. Se han utilizado cuestionarios ad hoc para la recogida de datos sobre una muestra de 25 docentes y 43 estudiantes. Los docentes consideran 3 capacidades básicas del pensamiento crítico: cuestionar la información, crear una visión propia y analizar e interpretar la información. Las prácticas, estrategias y metodologías más frecuentes son: debates, ejercicios escritos de opinión personal, análisis y comentario de textos. Aspectos que el alumnado destaca sobre el pensamiento crítico son: capacidad de análisis y reflexión, construcción de un pensamiento personal, comprensión de la información recibida. Las prácticas, estrategias o metodologías que el alumnado indica que el profesorado utiliza para fomentar su pensamiento crítico se dividen en 6 grupos: debates, aprendizaje cooperativo, preguntas de opinión, trabajos de investigación, comentarios críticos de textos, actividades extraescolares. Tanto docentes como estudiantes señalan el pensamiento crítico como un aspecto a desarrollar en ESO y Bachillerato, y perciben la utilidad de las actividades para fomentarlo ya que mejora sus capacidades de aprendizaje y permite obtener mejores calificaciones. Ninguno de los dos colectivos considera que el pensamiento crítico del alumnado es suficientemente promovido en el centro, el alumnado pide que los docentes dediquen más tiempo a trabajar este aspecto y, los docentes, solicitan actividades de formación para poder hacerlo de manera apropiada. Finalmente, se identifican los principales puntos débiles en la conceptualización del pensamiento crítico y su evaluación.
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