La Universidad de Barcelona en el siglo XVI
Texto completo:
http://hdl.handle.net/10803/4791Ver/ Abrir
Nivel Educativo:
Tipo Documental:
Tesis doctoralEstadísticas:
Ver Estadísticas de usoMetadatos:
Mostrar el registro completo del ítemAutor:
Fecha:
2003Resumen:
Intentar que el estudio de la Universidad de Barcelona sirva para sentar las bases de un mejor conocimiento de la cultura catalana del siglo XVI, período durante el cual la institución académica fue el principal centro intelectual donde cristalizaron las corrientes ideológicas y científicas entonces imperantes en España y Europa. Como objetivos, el primero es responder a algunas preguntas clásicas sobre la institución universitaria: ¿cómo surge?, ¿cómo se organiza?, ¿qué oferta y régimen docente ofrece?, ¿quiénes son sus profesores y quiénes sus alumnos?. El segundo objetivo se centra en desideologizar el tema, y el tercero en contextualizar la evolución de la vida universitaria en el marco político, ideológico y social de las diferentes coyunturas del devenir histórico. La primera parte se dedica al estudio de los orígenes de la universidad (1401-1559), incidiendo en el precedente medieval con los antecedentes de los proyectos de Martín el Humano y Alfonso el Magnánimo. La segunda parte está dedicada al estudio de la estructura y recursos en el período de la segunda mitad del siglo XVI: la organización jerárquico-administrativa, con el repaso de las autoridades y oficiales universitarios y la hacienda del Estudio General. Este apartado va precedido de un breve repaso comparativo de la evolución de las universidades en Europa, en la corona de Castilla y la corona de Aragón. La tercera cubre la problemática del régimen docente en sus diferentes disciplinas: gramática, retórica y lenguas, filosofía, matemáticas, metafísica, leyes y cánones, medicina y teología. Se intenta, sobre todo, analizar los planes de estudio y la producción intelectual de los catedráticos en sus diversas especialidades. La cuarta parte se proyecta hacia el análisis del personal universitario, tanto de los profesores como de los estudiantes. Especialmente se ha ahondado en la proyección política de los catedráticos, en el sistema de nombramientos con la incidencia de la limpieza de sangre y en penetrar en los requisitos y coste de las graduaciones. En suma, el Estudio General de Barcelona en la edad moderna presenta rasgos de una peculiar idiosincrasia organizativa y hacendística que la convirtieron en un paradigma, con sus virtudes y defectos, del modelo de universidad municipal propio de la Corona de Aragón y de algunas ciudades italianas. La penuria económica, el nulo apoyo por parte de la monarquía y el elevado coste de los estudios hicieron que su influencia se redujera al ámbito del territorio catalán, donde sí estuvo sólidamente implantada pese a la competencia de Lleida, Girona, Tarragona, Vic, Solsona y Tortosa, y además constituyó un referente para algunos de los nuevos centros de titularidad municipal que copiaron su estructura organizativa y estatutos. La atmósfera intelectual de la academia barcelonesa no se diferenció de la que ofrecían otros centros de enseñanza superior. En términos culturales, cabe distinguir una primera fase de receptividad a las corrientes renacentistas y al humanismo cívico y una segunda etapa dominada por el triunfo de la mentalidad contrarreformista y el pensamiento religioso. La dialéctica entre tradición-modernidad y apertura-cerrazón obedeció, más que a factores internos, a la evolución de la sociedad en que la universidad se hallaba inmersa, Porque, en última instancia la cultura no está por encima o al margen de las relaciones económicas y sociales, y no hay prácticas educativas que no se articulen sobre las representaciones por las que los individuos construyen su universo intelectual.
Intentar que el estudio de la Universidad de Barcelona sirva para sentar las bases de un mejor conocimiento de la cultura catalana del siglo XVI, período durante el cual la institución académica fue el principal centro intelectual donde cristalizaron las corrientes ideológicas y científicas entonces imperantes en España y Europa. Como objetivos, el primero es responder a algunas preguntas clásicas sobre la institución universitaria: ¿cómo surge?, ¿cómo se organiza?, ¿qué oferta y régimen docente ofrece?, ¿quiénes son sus profesores y quiénes sus alumnos?. El segundo objetivo se centra en desideologizar el tema, y el tercero en contextualizar la evolución de la vida universitaria en el marco político, ideológico y social de las diferentes coyunturas del devenir histórico. La primera parte se dedica al estudio de los orígenes de la universidad (1401-1559), incidiendo en el precedente medieval con los antecedentes de los proyectos de Martín el Humano y Alfonso el Magnánimo. La segunda parte está dedicada al estudio de la estructura y recursos en el período de la segunda mitad del siglo XVI: la organización jerárquico-administrativa, con el repaso de las autoridades y oficiales universitarios y la hacienda del Estudio General. Este apartado va precedido de un breve repaso comparativo de la evolución de las universidades en Europa, en la corona de Castilla y la corona de Aragón. La tercera cubre la problemática del régimen docente en sus diferentes disciplinas: gramática, retórica y lenguas, filosofía, matemáticas, metafísica, leyes y cánones, medicina y teología. Se intenta, sobre todo, analizar los planes de estudio y la producción intelectual de los catedráticos en sus diversas especialidades. La cuarta parte se proyecta hacia el análisis del personal universitario, tanto de los profesores como de los estudiantes. Especialmente se ha ahondado en la proyección política de los catedráticos, en el sistema de nombramientos con la incidencia de la limpieza de sangre y en penetrar en los requisitos y coste de las graduaciones. En suma, el Estudio General de Barcelona en la edad moderna presenta rasgos de una peculiar idiosincrasia organizativa y hacendística que la convirtieron en un paradigma, con sus virtudes y defectos, del modelo de universidad municipal propio de la Corona de Aragón y de algunas ciudades italianas. La penuria económica, el nulo apoyo por parte de la monarquía y el elevado coste de los estudios hicieron que su influencia se redujera al ámbito del territorio catalán, donde sí estuvo sólidamente implantada pese a la competencia de Lleida, Girona, Tarragona, Vic, Solsona y Tortosa, y además constituyó un referente para algunos de los nuevos centros de titularidad municipal que copiaron su estructura organizativa y estatutos. La atmósfera intelectual de la academia barcelonesa no se diferenció de la que ofrecían otros centros de enseñanza superior. En términos culturales, cabe distinguir una primera fase de receptividad a las corrientes renacentistas y al humanismo cívico y una segunda etapa dominada por el triunfo de la mentalidad contrarreformista y el pensamiento religioso. La dialéctica entre tradición-modernidad y apertura-cerrazón obedeció, más que a factores internos, a la evolución de la sociedad en que la universidad se hallaba inmersa, Porque, en última instancia la cultura no está por encima o al margen de las relaciones económicas y sociales, y no hay prácticas educativas que no se articulen sobre las representaciones por las que los individuos construyen su universo intelectual.
Leer menos