Si el anarquismo como idea política o social puede no ser compartida, como práctica moral, y especialmente como propuesta pedagógica, atesora elementos positivos. Si esto es cierto en el contexto del tiempo histórico en que las realizaciones libertarias alcanzaron una realidad social profunda, en el siglo XXI pueden tener sentido en el momento de debilidad cívica que se vive. Se analizan las características de la educación libertaria y las singularidades de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia, al tiempo que se destacan las escuelas racionalistas más importantes.
Si el anarquismo como idea política o social puede no ser compartida, como práctica moral, y especialmente como propuesta pedagógica, atesora elementos positivos. Si esto es cierto en el contexto del tiempo histórico en que las realizaciones libertarias alcanzaron una realidad social profunda, en el siglo XXI pueden tener sentido en el momento de debilidad cívica que se vive. Se analizan las características de la educación libertaria y las singularidades de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia, al tiempo que se destacan las escuelas racionalistas más importantes.
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