Mostrar el registro sencillo del ítem

dc.contributor.advisorHolgado Sánchez, María Adoraciónspa
dc.contributor.authorLeón Simón, Milagrosspa
dc.contributor.otherUniversidad Pontificia de Salamanca;spa
dc.date.issued1980spa
dc.identifier.citationp.175-184spa
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11162/90622
dc.description.abstractEstudiar la presencia del acto del castigo educativo de carácter extraordinario, así como la gran variedad de los mismos, sus aplicaciones y su permanencia o evolución hasta nuestros días. Los estudiantes actúan de muchas maneras perjudiciales o peligrosas para sí mismos o para otros, ya en sus ambientes escolares, ya en la vida ordinaria. Generalmente se les disuade de proceder así, mediante el empleo de los castigos, en los que al comportamiento no deseado, le siguen acciones punitivas. El ambiente físico, proporciona muchos ejemplos naturales de ello. La educación parece requerir medidas de esta clase, tanto para sus propios fines de escolaridad y docencia, cuanto porque comparte con las gestiones ética religiosa y gubernamental, la responsabilidad de procurar y hacer seguro que el educando se comporte a la larga, en el mundo de un modo aceptable. En un mundo en el que sean castigadas muchas formas de comportamiento, un niño puede llegar a ser indeciso, tímido o irresponsable. Castigando el comportamiento que deseamos suprimir, disponemos unas condiciones en las cuales se vigoriza la conducta aceptable pero las contingencias no especifican la forma de comportamiento final. Cuando castigamos, a un niño que nos disgusta, no especificamos un comportamiento de nuestro agrado. Las contingencias, pueden mejorarse castigando por porciones o unidades de comportamiento más pequeñas. Otro error que debe evitarse es castigar únicamente los casos graves. Para evitar los castigos es importante, considerar otras técnicas, mediante las cuales, se puede suprimir de otro modo, algunos comportamientos. Nunca se debe mandar y castigar para que se cumpla el mandato, que simplemente refleja un interés egoista del adulto. Se debe castigar lo menos posible, para que pueda tener efecto, y que el niño no se habitúe a él. Cabe recomendar el análisis del contexto en que se aplique y una extremada prudencia en su uso. De este modo, tendremos muy presentes las sutiles observaciones de padres, educadores y niños que representan la realidad en que estamos sumergidos, y el empleo de técnicas sin consecuencias aversivas, los factores inconscientes junto a la psicología individual y peculiar, la apertura incondicional de talante no directivo y cuantas aportaciones positivas, hemos podido extraer, trasladándolo a un complejo entorno concreto, con la intención de evitar las contingencias desagradables del castigo y hacer uso de medios positivos, favorecedores de una acción pedagógica auténticamente libre.spa
dc.format.extent184 p.spa
dc.format.mediumLibrospa
dc.language.isospaspa
dc.rightsCuando no se especifique otra condición, los documentos incorporados a Redined a texto completo, se hallan bajo las condiciones de uso de sólo lectura y únicamente podrán ser citados con reconocimiento del autor(es). Para cualquier otro uso, deberá solicitarse el permiso del autor (es)spa
dc.subjecteducadorspa
dc.subjectfamiliaspa
dc.subjectniñospa
dc.subjecteducaciónspa
dc.subjectcastigospa
dc.titleEl castigo : presencia e implicaciones en educaciónspa
dc.typeTesinaspa
dc.audienceUsuarios en generalspa
dc.bbddInvestigacionesspa
dc.date.provenance1990-05-01T10:10:10spa
dc.description.paisESPspa
dc.educationLevelEducación Superiorspa
dc.identifier.signaturaCL. P. 846spa


Ficheros en el ítem

FicherosTamañoFormatoVer

No hay ficheros asociados a este ítem.

    Mostrar el registro sencillo del ítem