Aproximación teórica a la educación psicomotriz : principales corrientes
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1988Resumen:
Tener un acercamiento a nivel teórico de la psicomotricidad, más concretamente a la educación psicomotriz. La etapa propia de la educación psicomotriz abarca desde el nacimiento hasta los 7-8 años, se corresponde a nivel escolar, con las enseñanzas de preescolar y ciclo inicial. Sabemos que este periodo en el desarrollo de la persona es crucial, por lo que todo educador ha de estar formado para intentar que la educación psicomotriz sea global, considerando al niño globalmente y su actuación ha de ir encaminadas al logro del desarrollo armónico de la personalidad: este desarrollo afecta igualmente al campo afectivo, como al motórico o al intelectual. Con la educación psicomotriz se intenta orientar al niño facilitándole su desarrollo global. La práctica en la escuela de la educción psicomotriz no ha de limitarse a seguir la guía de ejercicios que proponen determinados autores dando a la enseñanza un aspecto mecánico e instrumental, ya que muchos de ellos van encaminados únicamente a facilitar el aprendizaje escolar. La actuación práctica ha de estar abierta a la creatividad, apoyarse en lo vivido, favoreciendo los tres campos: afectivo, cognitivo y motórico. Entre las distintas corrientes de psicomotricidad, sus autores a veces dan más importancia a un aspecto del comportamiento que a otro, estableciéndose así, diferencias notables en su actuación pedagógica. La corriente psicopedagógica de Picq y Vayer teóricamente considera globalmente al niño, pero en la práctica limita su actuación, al desarrollo en el aspecto motórico y cognitivo de la persona, dejando a un lado el aspecto afectivo. Su práctica se centra en ejercicios sistemáticos muy concretos y dirigidos que no potencian la concienciación del movimiento, ni la expresividad psicomotriz. Su máxima característica es la directividad que entorpece la toma de iniciativa, el fomento de la creatividad, la búsqueda y experimentación personal. La educación vivenciada de Lapierre y Aucouturier, destaca principalmente el aspecto afectivo y motor, a partir de estos se desarrolla el aspecto cognitivo. Su actuación está encaminada hacia la relación, la comunicación como medio para desarrollar las demás facultades del niño. Se dirige hacia la instauración del pensamiento divergente del niño, pues en esta acción psicomotriz tiene gran importancia la creatividad. La labor psicomotricista es guiar la sesión sin que el grupo se sienta dirigido.
Tener un acercamiento a nivel teórico de la psicomotricidad, más concretamente a la educación psicomotriz. La etapa propia de la educación psicomotriz abarca desde el nacimiento hasta los 7-8 años, se corresponde a nivel escolar, con las enseñanzas de preescolar y ciclo inicial. Sabemos que este periodo en el desarrollo de la persona es crucial, por lo que todo educador ha de estar formado para intentar que la educación psicomotriz sea global, considerando al niño globalmente y su actuación ha de ir encaminadas al logro del desarrollo armónico de la personalidad: este desarrollo afecta igualmente al campo afectivo, como al motórico o al intelectual. Con la educación psicomotriz se intenta orientar al niño facilitándole su desarrollo global. La práctica en la escuela de la educción psicomotriz no ha de limitarse a seguir la guía de ejercicios que proponen determinados autores dando a la enseñanza un aspecto mecánico e instrumental, ya que muchos de ellos van encaminados únicamente a facilitar el aprendizaje escolar. La actuación práctica ha de estar abierta a la creatividad, apoyarse en lo vivido, favoreciendo los tres campos: afectivo, cognitivo y motórico. Entre las distintas corrientes de psicomotricidad, sus autores a veces dan más importancia a un aspecto del comportamiento que a otro, estableciéndose así, diferencias notables en su actuación pedagógica. La corriente psicopedagógica de Picq y Vayer teóricamente considera globalmente al niño, pero en la práctica limita su actuación, al desarrollo en el aspecto motórico y cognitivo de la persona, dejando a un lado el aspecto afectivo. Su práctica se centra en ejercicios sistemáticos muy concretos y dirigidos que no potencian la concienciación del movimiento, ni la expresividad psicomotriz. Su máxima característica es la directividad que entorpece la toma de iniciativa, el fomento de la creatividad, la búsqueda y experimentación personal. La educación vivenciada de Lapierre y Aucouturier, destaca principalmente el aspecto afectivo y motor, a partir de estos se desarrolla el aspecto cognitivo. Su actuación está encaminada hacia la relación, la comunicación como medio para desarrollar las demás facultades del niño. Se dirige hacia la instauración del pensamiento divergente del niño, pues en esta acción psicomotriz tiene gran importancia la creatividad. La labor psicomotricista es guiar la sesión sin que el grupo se sienta dirigido.
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