Entrevistas : cuestionario remitido al Director del Instituto Español de Emigración
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Fecha:
1976Publicado en:
Revista de educación. 1976, n. 245-246 ; p. 134-145Resumen:
La 'Revista de Educación' remitió un cuestionario al Director del Instituto Español de Emigración con el fin de publicarlo en forma de entrevista. De estas páginas se desprende, según el propio Director, la situación de la política de emigración que existía en España. Durante los años sesenta hubo un gran movimiento migratorio por parte de los españoles hacia otros países europeos. En concreto, se contabilizaron más de un millón de emigrantes que tuvieron que marcharse a países de Europa como Suiza, Francia, Gran Bretaña u Holanda, en busca de una oportunidad laboral. Esto repercutía a España en cuanto a entrada de divisa extranjera. Y también a los países receptores en cuanto a aumento de su productividad y riqueza pero también, se imponía la necesidad de crear un control de recepción de emigrantes para evitar el desbordamiento de los mismos y no obtener el efecto contrario al deseado. La mano de obra extranjera permitió el desarrollo de los países receptores industrializados y no fue hasta la recesión económica del invierno de 1974-75, que muchos de los emigrantes tuvieron que regresar a sus países de origen al quedarse sin empleo. En aquellos tiempos y a pesar de los dignatarios, existía una desigualdad jurídica evidente respecto al trabajador emigrante en comparación con el del propio país que se precisaba resolver, aunque el Instituto Español de Emigración y las Agregadurías Laborales, estaban para defender las cuestiones laborales de los trabajadores españoles en el extranjero. Del cuestionario también se sacan conclusiones sobre la situación educativa y cultural en la que se encontraban los hijos de los emigrantes en los países de acogida, además de la barrera idiomática evidente que tenían que superar. Asimismo, el Director del Instituto Español de Emigración, informa sobre el sistema de acción educativa con profesores, centros, cursos y becas para los hijos de los emigrantes y sobre todo, para aquellos que llegan al país de acogida siendo adolescentes. Estos datos se aprecian en las tablas estadísticas que se ajuntan y en las dotaciones económicas destinadas a becas para realización de estudios diversos. Por último, el Director ofrece una visión de la reincorporación de los emigrantes a España y de las ayudas que existían a su disposición para facilitársela.
La 'Revista de Educación' remitió un cuestionario al Director del Instituto Español de Emigración con el fin de publicarlo en forma de entrevista. De estas páginas se desprende, según el propio Director, la situación de la política de emigración que existía en España. Durante los años sesenta hubo un gran movimiento migratorio por parte de los españoles hacia otros países europeos. En concreto, se contabilizaron más de un millón de emigrantes que tuvieron que marcharse a países de Europa como Suiza, Francia, Gran Bretaña u Holanda, en busca de una oportunidad laboral. Esto repercutía a España en cuanto a entrada de divisa extranjera. Y también a los países receptores en cuanto a aumento de su productividad y riqueza pero también, se imponía la necesidad de crear un control de recepción de emigrantes para evitar el desbordamiento de los mismos y no obtener el efecto contrario al deseado. La mano de obra extranjera permitió el desarrollo de los países receptores industrializados y no fue hasta la recesión económica del invierno de 1974-75, que muchos de los emigrantes tuvieron que regresar a sus países de origen al quedarse sin empleo. En aquellos tiempos y a pesar de los dignatarios, existía una desigualdad jurídica evidente respecto al trabajador emigrante en comparación con el del propio país que se precisaba resolver, aunque el Instituto Español de Emigración y las Agregadurías Laborales, estaban para defender las cuestiones laborales de los trabajadores españoles en el extranjero. Del cuestionario también se sacan conclusiones sobre la situación educativa y cultural en la que se encontraban los hijos de los emigrantes en los países de acogida, además de la barrera idiomática evidente que tenían que superar. Asimismo, el Director del Instituto Español de Emigración, informa sobre el sistema de acción educativa con profesores, centros, cursos y becas para los hijos de los emigrantes y sobre todo, para aquellos que llegan al país de acogida siendo adolescentes. Estos datos se aprecian en las tablas estadísticas que se ajuntan y en las dotaciones económicas destinadas a becas para realización de estudios diversos. Por último, el Director ofrece una visión de la reincorporación de los emigrantes a España y de las ayudas que existían a su disposición para facilitársela.
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