El diario de la Roma Antigua
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Fecha:
1980Publicado en:
Revista de bachillerato. 1980, n. 15 ; p. 37-40Resumen:
Entre los medios publicitarios romanos los más usados eran los carteles e inscripciones. Los primeros grabados en bronce, mármol y piedra aparecen por doquier en todas las ciudades romanas. Eran las Actas del Senado o de los Decuriones o simplemente contratos o expedientes. Se hacían con el fin de que fuesen duraderas. A los carteles recurrían los magistrados para sus órdenes, los ciudadanos que testimoniaban su devoción a los dioses o particulares que daban a conocer sus deseos públicos. Estas planchas serán archivadas y publicadas después con el rótulo de Annales Maximi. Ellas son el primer documento básico de la historia romana. Se tiene constancia de ellas a partir del año 59 antes de Cristo. A partir de Cesar se convirtió en el diario romano de gran aceptación al publicarse todo tipo de noticias en tres secciones: 1õ Oficial como las Actas del Senado, los decretos de los magistrados, cartas, discursos de los emperadores; 2õ Semioficial con noticias de la corte a la vez que se publicaban los comunicados del emperador, audiencias concedidas; 3õ Una serie de hechos diversos, de ecos de sociedad sobre todo bodas, bautizos, muertes, divorcios que se producían diariamente en Roma. Los operarii fueron los antecesores de los reporteros romanos. Recogían la información para contarla, pero no cobraban. Estos obreros tenían como tarea al no entender nada de los asuntos públicos el copiar al pie de la letra las Actas de las Asambleas, del Senado y del pueblo fijadas en el foro. A ellas, añadían las noticias conseguidas tras sus correrías por calles y plazas. Pero poco a poco las actas fueron controladas por los emperadores y se llega a prohibir su publicación. Todo ello, generó que las primitivas actas creadas por César se convirtiera en el Diario de Roma. Pero no tuvo la difusión que se esperaba y a pesar de que no existiese la imprenta los copistas eran igual de válidos. Finalmente, no se convirtió en costumbre y no se hizo regular, ya que no fue nunca una necesidad y desapareció. Habrá que esperar a que Francia en 1631 recobrara este aspecto de la cultura romana.
Entre los medios publicitarios romanos los más usados eran los carteles e inscripciones. Los primeros grabados en bronce, mármol y piedra aparecen por doquier en todas las ciudades romanas. Eran las Actas del Senado o de los Decuriones o simplemente contratos o expedientes. Se hacían con el fin de que fuesen duraderas. A los carteles recurrían los magistrados para sus órdenes, los ciudadanos que testimoniaban su devoción a los dioses o particulares que daban a conocer sus deseos públicos. Estas planchas serán archivadas y publicadas después con el rótulo de Annales Maximi. Ellas son el primer documento básico de la historia romana. Se tiene constancia de ellas a partir del año 59 antes de Cristo. A partir de Cesar se convirtió en el diario romano de gran aceptación al publicarse todo tipo de noticias en tres secciones: 1õ Oficial como las Actas del Senado, los decretos de los magistrados, cartas, discursos de los emperadores; 2õ Semioficial con noticias de la corte a la vez que se publicaban los comunicados del emperador, audiencias concedidas; 3õ Una serie de hechos diversos, de ecos de sociedad sobre todo bodas, bautizos, muertes, divorcios que se producían diariamente en Roma. Los operarii fueron los antecesores de los reporteros romanos. Recogían la información para contarla, pero no cobraban. Estos obreros tenían como tarea al no entender nada de los asuntos públicos el copiar al pie de la letra las Actas de las Asambleas, del Senado y del pueblo fijadas en el foro. A ellas, añadían las noticias conseguidas tras sus correrías por calles y plazas. Pero poco a poco las actas fueron controladas por los emperadores y se llega a prohibir su publicación. Todo ello, generó que las primitivas actas creadas por César se convirtiera en el Diario de Roma. Pero no tuvo la difusión que se esperaba y a pesar de que no existiese la imprenta los copistas eran igual de válidos. Finalmente, no se convirtió en costumbre y no se hizo regular, ya que no fue nunca una necesidad y desapareció. Habrá que esperar a que Francia en 1631 recobrara este aspecto de la cultura romana.
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