Proprio-propio : el análisis contrastivo en la clase de español
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2005Publicado en:
RedELE : revista electrónica de didáctica español lengua extranjera. 2005, n. 3, marzo ; 7 p.Resumen:
Se pretende mostrar un ejemplo de clase en la que el análisis contrastivo integra las nuevas metodologías comunicativas. La justificación es que el aprendizaje de una lengua extranjera (LE) comporta que, muy a menudo, el alumno se quede en un estadio de adquisición que lo empuja a producir expresiones que no se corresponden con las del hablante nativo y que presentan graves dificultades de erradicación. La situación se agrava por la falta de perspectiva del alumno ante la LE. No son capaces de distanciarse de la lengua madre ni de establecer un contraste con el nuevo idioma que están aprendiendo y, por tanto, no logran aprovechar los elementos comunes que les facilitarían el uso de ambas (la comparación entre lenguas no solo permite el aprender la lengua ajena, sino también enriquecer la propia). Quizá ahor esta situación es más evidente, en parte, a causa de las nuevas metodologías comunicativas que utilizamos en las clases de español como lengua extranjera (ELE) en las que se privilegia, por suerte, la comunicación oral y los aspectos interactivos, pero que no potencia el análisis contrastivo por parte del estudiante.
Se pretende mostrar un ejemplo de clase en la que el análisis contrastivo integra las nuevas metodologías comunicativas. La justificación es que el aprendizaje de una lengua extranjera (LE) comporta que, muy a menudo, el alumno se quede en un estadio de adquisición que lo empuja a producir expresiones que no se corresponden con las del hablante nativo y que presentan graves dificultades de erradicación. La situación se agrava por la falta de perspectiva del alumno ante la LE. No son capaces de distanciarse de la lengua madre ni de establecer un contraste con el nuevo idioma que están aprendiendo y, por tanto, no logran aprovechar los elementos comunes que les facilitarían el uso de ambas (la comparación entre lenguas no solo permite el aprender la lengua ajena, sino también enriquecer la propia). Quizá ahor esta situación es más evidente, en parte, a causa de las nuevas metodologías comunicativas que utilizamos en las clases de español como lengua extranjera (ELE) en las que se privilegia, por suerte, la comunicación oral y los aspectos interactivos, pero que no potencia el análisis contrastivo por parte del estudiante.
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