Mostrar el registro sencillo del ítem

dc.contributor.authorRocamora, Pedrospa
dc.date.issued1948spa
dc.identifier.issn0034-8082spa
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11162/71922
dc.description.abstractEl arte ha expresado siempre de manera espontánea, decidida y tangible lo que la filosofía de cada época explicaba esotericamente. La belleza inexpresiva o el interés psicológico, la forma pura o la angustia del alma, son en este caso los límites del problema. Lo bello entra en crisis en su choque con el espíritu. Sólo después de que el cristianismo ha enseñado que detrás de la terrible fealdad de sus santos o de sus profetas había un espíritu inmortal, el arte ha descubierto el secreto perenne de la belleza. Por ello, para esta concepción tipicamente occidental, el arte no puede limitarse a un puro esteticismo inanimado. Así, el fundamento actual de la escultura religiosa refleja perfectamente el estado del alma a través del sufrimiento, martirio, penitencia, muerte, resurrección. El ejemplo de España confirma la realidad. Alonso de Berruguete es en Castilla uno de los prototipos de esta ágil y genial manera española de concebir la escultura a través de las iglesias donde están esos santos terribles desproporcionados, gigantescos, con rostros tétricos de desgarrado dolor, donde lo escultórico se pierde hasta llegar a una plasticidad fantástica. Lo mismo que el color de realismo carnal. Pero la tendencia a lo imaginativo quiebra aquí los dogmas primitivos de la escultura. A fuerza de ser realista el arte escultórico español desborda con su empuje los límites de lo racional para llegar sin querer a lo fantástico. Es un arte de inspiración metafísica. Mediante él, el escultor bordea los confines de la divinidad. El equilibrio de las figuras, su dinamismo son problemas que afectan al mundo de la física o de la mecánica. Pero la escultura religiosa española ignora aquéllas exigencias materiales, porque su mundo es el mundo de la teología. La escultura barroca ha dado una dimensión casi mitológica al sentido cristiano del arte. Un abismo separa la escultura española de la del resto del mundo. Un rasgo diferenciador de la escultura española es su popularidad dado el carácter tan realista que tiene. Pero Gregorio Fernández forma con Berruguete la guardia de honor del Barroco español . Para España el Barroco es lo antiminoritario convertido al arte, el pueblo como modelo para las esculturas de sus santos y así, los escultores castellanos han hecho a Dios a imagen y semejanza de los hombres.spa
dc.format.mediumRevistaspa
dc.format.mediumDigitalspa
dc.language.isospaspa
dc.relation.ispartofRevista nacional de educación. 1948, n. 80 ; p. 9-22spa
dc.rightsCuando no se especifique otra condición, los documentos incorporados a Redined a texto completo, se hallan bajo las condiciones de uso de sólo lectura y únicamente podrán ser citados con reconocimiento del autor(es). Para cualquier otro uso, deberá solicitarse el permiso del autor (es)spa
dc.subjectesculturaspa
dc.subjectartespa
dc.subjecthistoriaspa
dc.titlePara una metafísica de la escultura castellanaspa
dc.typeArtículo de revistaspa
dc.audienceUsuarios en generalspa
dc.bbddAnalíticasspa
dc.date.provenance2007-07-17T09:00:00spa
dc.description.locationBiblioteca de Educación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; Calle San Agustín, 5 - 3 Planta; 28014 Madrid; Tel. +34917748000; biblioteca@mecd.esspa
dc.description.paisESPspa
dc.educationLevelEnseñanzas de Régimen Especialspa
dc.identifier.dlM-57-1958spa
dc.identifier.signaturaEC R-638spa
dc.title.journalRevista nacional de educaciónspa


Ficheros en el ítem

    Mostrar el registro sencillo del ítem