Problemas planteados por la escolaridad y la educación de los hijos de los emigrantes
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Fecha:
1976Publicado en:
Revista de educación. 1976, n. 245-246 ; p. 14-27Resumen:
Las organizaciones internacionales, tales como la UNESCO, la Oficina Internacional del Trabajo, El Consejo de Europa, la CEE, adoptan posiciones netamente favorables a un programa de acción para facilitar el acceso a la educación de los hijos de los emigrantes y mejorar la formación y la enseñanza de dichos niños. No se pueden citar todas las resoluciones, ni enumerar las soluciones concretas adoptadas por dichos organismos. A nivel belga, son probablemente los trabajos del Consejo de Europa y, en concreto, la conferencia permanente de los Ministros Europeos de la Educación, los más determinantes en la orientación de las decisiones referentes a la escolaridad de los niños emigrantes. A nivel concreto, los esfuerzos de la educación nacional se referirán principalmente a la organización de clases de acogida y a la sensibilización de fututos maestros que será a largo plazo determinante. Los componentes económicos, psicológicos y culturales demuestran la complejidad del problema de la educación y la formación escolar de los jóvenes emigrantes. Querer resolverlos, independientemente de los otros, es una utopía. Es un problema financiero, pero básicamente una elección política: conseguir los ingresos necesarios para una enseñanza de calidad para todos, concretar la voluntad general de una verdadera democratización de la enseñanza que permita corregir la separación entre clases sociales privilegiadas y obreras, adoptar decisiones referentes a los niños según sus necesidades reales y no consciente o inconscientemente en función de los intereses de los adultos.
Las organizaciones internacionales, tales como la UNESCO, la Oficina Internacional del Trabajo, El Consejo de Europa, la CEE, adoptan posiciones netamente favorables a un programa de acción para facilitar el acceso a la educación de los hijos de los emigrantes y mejorar la formación y la enseñanza de dichos niños. No se pueden citar todas las resoluciones, ni enumerar las soluciones concretas adoptadas por dichos organismos. A nivel belga, son probablemente los trabajos del Consejo de Europa y, en concreto, la conferencia permanente de los Ministros Europeos de la Educación, los más determinantes en la orientación de las decisiones referentes a la escolaridad de los niños emigrantes. A nivel concreto, los esfuerzos de la educación nacional se referirán principalmente a la organización de clases de acogida y a la sensibilización de fututos maestros que será a largo plazo determinante. Los componentes económicos, psicológicos y culturales demuestran la complejidad del problema de la educación y la formación escolar de los jóvenes emigrantes. Querer resolverlos, independientemente de los otros, es una utopía. Es un problema financiero, pero básicamente una elección política: conseguir los ingresos necesarios para una enseñanza de calidad para todos, concretar la voluntad general de una verdadera democratización de la enseñanza que permita corregir la separación entre clases sociales privilegiadas y obreras, adoptar decisiones referentes a los niños según sus necesidades reales y no consciente o inconscientemente en función de los intereses de los adultos.
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