1898 : el desastre, ¿fue una llamada a la educación?
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Fecha:
1975Publicado en:
Revista de educación. 1975, n. 240 ; p. 23-29Resumen:
En primer lugar, 1898 clausura un siglo en el que la instrucción y la educación han hecho su entrada en el campo de la política oficial. Jamás los problemas escolares y educativos han tenido, particularmente en Europa, tal resonancia política. Esta tendencia universal había adquirido en España, en le último cuarto del siglo XIX, una particular repercusión. Es lógico que tras la derrota del noventa y ocho surja un interrogante sobre la situación escolar educativa en su conjunto. Se habla de regenerar el país( Giner de los Ríos, Joaquín Costa, Cossio, etcétera) por todo un grupo de pensadores que sientan las bases de esta reforma. Aunque la Institución Libre de Enseñanza se encuentra en decadencia, las organizaciones y algunas de las iniciativas que ella ha suscitado sirven de marco a la renovada actividad de los hombres por ella inspirados. Dos movimientos, aparecido el un en la última década del siglo XIX y el otro mucho más antiguo, cobran de esta forma un vigor inesperado; la extensión universitaria y el deseo de renovar la instrucción primaria asociado al desarrollo de la enseñanza técnica. La improvisación de Joaquín Costa añadió a todo ello una amplia campaña pedagógica, cuya violencia sólo puede compararse con su brevedad. El movimiento de la Extensión Universitaria había nacido en Oxford en 1850 y pretendía un esfuerzo de los medios universitarios tradicionales para adaptarse a las nuevas necesidades y particularmente, a las de la clase obrera. Esfuerzo en pro de la generalización de los conocimientos y una oportunidad de la universidad de salir de su ghetto y renovarse. El segundo fue pilotado por Joaquín Costa, un proyecto de reforma de la enseñanza en sus niveles primario y técnico. Así, España entera supo que la enseñanza primaria debía de ser gratuita y obligatoria hasta los doce años, que la enseñanza agrícola y de la economía rural debía formar parte de la enseñanza primaria en las zonas rurales. El resultado y primero gesto del gabinete Silvela fue la creación en 1900 del Ministerio de Instrucción Pública. Proyecto adoptado por Romanones con particular atención prestada a la enseñanza primaria, un contenido más diversificado de la enseñanza, que el Estado abone los salarios de los maestros en vez de los ayuntamientos que son morosos en el pago, formación de maestros y se pretende reformar las escuelas normales. Lo importante es dejar claro que la conmoción provocada por el noventa y ocho permitió en el campo escolar la realización de medidas y reformas que se venían debatiendo desde hace tiempo y cuya necesidad era reconocida desde largo tiempo, pero que nadie se decidía a realizar. Sin las campañas de lso universitarios liberales, Costa y después Cossio, las discusiones de las Cortes hubieran resultado un fracaso.
En primer lugar, 1898 clausura un siglo en el que la instrucción y la educación han hecho su entrada en el campo de la política oficial. Jamás los problemas escolares y educativos han tenido, particularmente en Europa, tal resonancia política. Esta tendencia universal había adquirido en España, en le último cuarto del siglo XIX, una particular repercusión. Es lógico que tras la derrota del noventa y ocho surja un interrogante sobre la situación escolar educativa en su conjunto. Se habla de regenerar el país( Giner de los Ríos, Joaquín Costa, Cossio, etcétera) por todo un grupo de pensadores que sientan las bases de esta reforma. Aunque la Institución Libre de Enseñanza se encuentra en decadencia, las organizaciones y algunas de las iniciativas que ella ha suscitado sirven de marco a la renovada actividad de los hombres por ella inspirados. Dos movimientos, aparecido el un en la última década del siglo XIX y el otro mucho más antiguo, cobran de esta forma un vigor inesperado; la extensión universitaria y el deseo de renovar la instrucción primaria asociado al desarrollo de la enseñanza técnica. La improvisación de Joaquín Costa añadió a todo ello una amplia campaña pedagógica, cuya violencia sólo puede compararse con su brevedad. El movimiento de la Extensión Universitaria había nacido en Oxford en 1850 y pretendía un esfuerzo de los medios universitarios tradicionales para adaptarse a las nuevas necesidades y particularmente, a las de la clase obrera. Esfuerzo en pro de la generalización de los conocimientos y una oportunidad de la universidad de salir de su ghetto y renovarse. El segundo fue pilotado por Joaquín Costa, un proyecto de reforma de la enseñanza en sus niveles primario y técnico. Así, España entera supo que la enseñanza primaria debía de ser gratuita y obligatoria hasta los doce años, que la enseñanza agrícola y de la economía rural debía formar parte de la enseñanza primaria en las zonas rurales. El resultado y primero gesto del gabinete Silvela fue la creación en 1900 del Ministerio de Instrucción Pública. Proyecto adoptado por Romanones con particular atención prestada a la enseñanza primaria, un contenido más diversificado de la enseñanza, que el Estado abone los salarios de los maestros en vez de los ayuntamientos que son morosos en el pago, formación de maestros y se pretende reformar las escuelas normales. Lo importante es dejar claro que la conmoción provocada por el noventa y ocho permitió en el campo escolar la realización de medidas y reformas que se venían debatiendo desde hace tiempo y cuya necesidad era reconocida desde largo tiempo, pero que nadie se decidía a realizar. Sin las campañas de lso universitarios liberales, Costa y después Cossio, las discusiones de las Cortes hubieran resultado un fracaso.
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