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dc.contributor.authorTitone, Renzospa
dc.date.issued1957spa
dc.identifier.issn0034-8082spa
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11162/71341
dc.description.abstractEl pensamiento americano ha ido asumiendo en el siglo XX dos características fundamentales: una, externa, de una gran variedad de ideas, y la otra, interna, consistente en la tendencia a ocuparse más de la filosofía que de filosofía, a estudiar el método de enseñanza, más que a llevar a cabo investigaciones directas sobre los problemas filosóficos tradicionales del conocimiento y del ser. Una clasificación general de las actuales filosofías pedagógicas contemporáneas puede dividirse grosso modo en tres cauces: el Progresismo, el Esencialismo y el Perennismo. La primera corriente proviene lejanamente del progresismo inglés y constituye en 1956 una traducción pedagógica del pragmatismo instrumentalista de John Dewey, que concibe toda la realidad como una experiencia dinámica, de la cual brotan no sólo el conocimiento de la realidad, sino el cuadro de valores, como respuesta final a todos los interrogantes de la vida. La educación se convierte así, en un proceso de ensanchamiento y de reconstrucción de tal experiencia, que se traduce didácticamente en la asimilación del método científico como único itinerario verdadero del pensamiento; El Esencialismo deriva de doctrinas filosóficas que contrastan entre si, bifurcándose en dos interpretaciones opuestas como son el idealismo y el realismo materialista. Pero lo que une los dos cuerpos es el reconocimiento de un cuerpo de principios y de datos culturales que representa la adquisición del pasado y es un patrimonio que se ha. de transmitir a las nuevas generaciones. Hay elementos esenciales que están dotados de validez permanente, como las aptitudes lingüísticas y matemáticas, las normas del vivir ético, la historia de los pueblos. El esencialismo tiende a hacer de la educación un medio de conservación de la cultura y está ligado al pasado, aunque éste sea un pasado que no va más allá del Renacimiento, o sea al comienzo de la Edad Moderna; El último, el Perennismo, en cambio, va más lejos en el pasado hundiendo sus raices en la más remota antigüedad de la cultura, alcanza las fuentes de la filosofía clásica, Platón y Aristóteles, se nutre también del pensamiento escolástico medieval y asimilando, en parte, ciertas orientaciones del pensamiento moderno y contemporáneo. Por último, señalar que las tres pedagogías han resultado insuficientes al haber perdido de vista el carácter esencial de la vida cuyas expresiones son la cultura y la educación.spa
dc.format.mediumRevistaspa
dc.format.mediumDigitalspa
dc.language.isospaspa
dc.relation.ispartofRevista de educación. 1957, n. 57 ; p. 16-21spa
dc.rightsCuando no se especifique otra condición, los documentos incorporados a Redined a texto completo, se hallan bajo las condiciones de uso de sólo lectura y únicamente podrán ser citados con reconocimiento del autor(es). Para cualquier otro uso, deberá solicitarse el permiso del autor (es)spa
dc.subjectfilosofía de la educaciónspa
dc.subjectcorriente pedagógicaspa
dc.subjectEstados Unidosspa
dc.titleLa escuela americana busca una filosofía de la educaciónspa
dc.typeArtículo de revistaspa
dc.audienceUsuarios en generalspa
dc.bbddAnalíticasspa
dc.date.provenance2007-07-20T09:00:00spa
dc.description.locationBiblioteca de Educación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; Calle San Agustín, 5 - 3 Planta; 28014 Madrid; Tel. +34917748000; biblioteca@mecd.esspa
dc.description.paisESPspa
dc.educationLevelÁmbito generalspa
dc.identifier.dlM-57-1958spa
dc.identifier.signaturaEC R-638spa
dc.title.journalRevista de educaciónspa


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