Reflexiones sobre la educación estética. II
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Fecha:
1956Publicado en:
Revista de educación. 1956, n. 47 ; p. 70-72Resumen:
La educación debe tener entre sus elementos la experiencia estética, pero respetándola en su peculiaridad y sin pretender inmediatamente sacar sus consecuencias morales e intelectuales, porque entonces no habría existido tal experiencia estética y no cabría siquiera intentar obtener de ella su fruto formativo. De hecho, lo estético suele aparecer en la educación, después de la escuela elemental como materia de información histórica, como retahíla de hechos que hay que estudiar, además de las batallas, los reyes y los accidente geográficos. Por muy cierto que sea que la técnica ha de apoyarse en un entramado histórico cultural, hay que contar siempre con el otro momento, con el de la experiencia directa de lo literario y artístico, como un momento esencial en la formación. Estas dos dimensiones son heterogéneas y no se obtienen la una de la otra. Se ha visto que se puede uno licenciar en letras sin hacer elido un solo libro que no sea de tecto, y no es de extrañar que lo que se puede preguntar y explicar no es nuca la obra misma, sino su entorno histórico y sus contenidos genéricos.
La educación debe tener entre sus elementos la experiencia estética, pero respetándola en su peculiaridad y sin pretender inmediatamente sacar sus consecuencias morales e intelectuales, porque entonces no habría existido tal experiencia estética y no cabría siquiera intentar obtener de ella su fruto formativo. De hecho, lo estético suele aparecer en la educación, después de la escuela elemental como materia de información histórica, como retahíla de hechos que hay que estudiar, además de las batallas, los reyes y los accidente geográficos. Por muy cierto que sea que la técnica ha de apoyarse en un entramado histórico cultural, hay que contar siempre con el otro momento, con el de la experiencia directa de lo literario y artístico, como un momento esencial en la formación. Estas dos dimensiones son heterogéneas y no se obtienen la una de la otra. Se ha visto que se puede uno licenciar en letras sin hacer elido un solo libro que no sea de tecto, y no es de extrañar que lo que se puede preguntar y explicar no es nuca la obra misma, sino su entorno histórico y sus contenidos genéricos.
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