El calendari esportiu. L'esforç de l'alta competició i la resistència del cos humà : reflexions al voltant del dopatge
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2001Publicado en:
Apunts. Educació física i esports. 2001, n. 64, segundo trimestre ; p. 26-32Resumen:
En el artículo se describen los mecanismos y principios que afectan al cuerpo humano y en los que se basa el entrenamiento deportivo. A lo largo de la historia del deporte, el hombre ha ido descubriendo los mecanismos de su adaptación al esfuerzo físico y aumentando continuamente su rendimiento. El deporte es, entre otras muchas cosas, una actividad donde el hombre explora sus límites. De este análisis se extrae que las dos vías que se utilizan para mejorar el rendimiento se basan en la mejora continua de estos dos aspectos: La cuidadosa dosificación de la intensidad y el volumen del entrenamiento. El incremento de las competiciones y la exigencia de récords unido a las grandes cantidades de dinero y de reconocimiento social de los resultados, coloca al deportista frente a una presión capaz de incrementar las posibilidades de optar por un tercera vía no legal para aumentar su rendimiento: el dopaje. El fenómeno del dopaje no es nuevo, ni mucho menos, es tan antiguo como el mismo deporte. Se analiza la evolución que ha sufrido el calendario deportivo y cómo se ha incrementado, tanto el número de competiciones, como la presión para conseguir récords. Este fenómeno es mucho más evidente en los deportes que tienen mayor difusión y que mueven más medios económicos. Se advierte que si el propio deporte quiere continuar manteniendo su propia esencia y no cambiar para convertirse en algo muy diferente a sí mismo (una especie de competición de sustancias químicas), se deben establecer los mecanismos que puedan ayudar a que esta espiral de necesidades no haga que el dopaje gane la partida. Se exponen una serie de consideraciones y propuestas que siguen esta línea. Finalmente, se recuerda que rendir al máximo nivel sin doparse es perfectamente posible. Puede ser que no sea posible tantas veces, ni tan frecuentemente, ni tan pronto como se pide actualmente en algunos deportes, pero muchas de las medallas actuales se consiguen sin tener que recurrir al dopaje.
En el artículo se describen los mecanismos y principios que afectan al cuerpo humano y en los que se basa el entrenamiento deportivo. A lo largo de la historia del deporte, el hombre ha ido descubriendo los mecanismos de su adaptación al esfuerzo físico y aumentando continuamente su rendimiento. El deporte es, entre otras muchas cosas, una actividad donde el hombre explora sus límites. De este análisis se extrae que las dos vías que se utilizan para mejorar el rendimiento se basan en la mejora continua de estos dos aspectos: La cuidadosa dosificación de la intensidad y el volumen del entrenamiento. El incremento de las competiciones y la exigencia de récords unido a las grandes cantidades de dinero y de reconocimiento social de los resultados, coloca al deportista frente a una presión capaz de incrementar las posibilidades de optar por un tercera vía no legal para aumentar su rendimiento: el dopaje. El fenómeno del dopaje no es nuevo, ni mucho menos, es tan antiguo como el mismo deporte. Se analiza la evolución que ha sufrido el calendario deportivo y cómo se ha incrementado, tanto el número de competiciones, como la presión para conseguir récords. Este fenómeno es mucho más evidente en los deportes que tienen mayor difusión y que mueven más medios económicos. Se advierte que si el propio deporte quiere continuar manteniendo su propia esencia y no cambiar para convertirse en algo muy diferente a sí mismo (una especie de competición de sustancias químicas), se deben establecer los mecanismos que puedan ayudar a que esta espiral de necesidades no haga que el dopaje gane la partida. Se exponen una serie de consideraciones y propuestas que siguen esta línea. Finalmente, se recuerda que rendir al máximo nivel sin doparse es perfectamente posible. Puede ser que no sea posible tantas veces, ni tan frecuentemente, ni tan pronto como se pide actualmente en algunos deportes, pero muchas de las medallas actuales se consiguen sin tener que recurrir al dopaje.
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