Competencias que confieren identidad

Abstract

Los profesionales de la Orientación deben contar con numerosas habilidades sociales en su práctica diaria. Las competencias de los orientadores pueden situarse en tres campos: competencias sociales para desenvolverse en contextos escolares, competencias técnico-especializadas inherentes a la orientación y competencias para las tareas educativas. Por último, habría que contemplar la formación práctica de los orientadores noveles por parte de los orientadores veteranos. El perfil profesional del orientador ha evolucionado hacia una especialización cada vez mayor y hacia una mayor burocratización de su trabajo: elaboración de informes, diagnósticos de discapacidad, la modalidad de escolarización, etc..