La escuela pública en la encrucijada
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Fecha:
2005Publicado en:
Cuadernos de pedagogía. 2005, n. 345, abril ; p. 89-92Resumen:
Las últimas reformas educativas en España han provocado el deterioro del sistema educativo público y el aumento de las desigualdades sociales. Se basan en directrices europeas que aceleran el proceso de mercantilización de la educación y que nos llevan a no estar a la altura de los objetivos propuestos. Los intereses privados han terminado por imponerse, lo que deteriora la oferta pública. Para evitar esto habría que crear más plazas públicas y congelar las subvenciones a la enseñanza privada, para así luchar por una escuela pública que garantice a todos una educación de calidad en condiciones de igualdad. La reforma analizada ofrece soluciones al fracaso escolar que tienden a bajar las exigencias. La supuesta atención a la diversidad sirve, en realidad, para empujar a los alumnos a niveles más bajos de cualificación. Por otro lado, no se respeta la libertad de conciencia de cada alumno en el momento en que una ideología determinada impone su presencia en el espacio público. El proceso de elección del director ha perdido toda presencia de participación democrática: ya no representa al claustro y al Consejo Escolar, sino sólo a la Administración. Los profesores tienen más problemas para ejercer su labor: la mayoría son interinos y con un alto grado de inestabilidad que afecta al funcionamiento de los centros. En definitiva, no se tiene en cuenta las opiniones de los que están en contacto más directo con la educación para intentar mejorarla.
Las últimas reformas educativas en España han provocado el deterioro del sistema educativo público y el aumento de las desigualdades sociales. Se basan en directrices europeas que aceleran el proceso de mercantilización de la educación y que nos llevan a no estar a la altura de los objetivos propuestos. Los intereses privados han terminado por imponerse, lo que deteriora la oferta pública. Para evitar esto habría que crear más plazas públicas y congelar las subvenciones a la enseñanza privada, para así luchar por una escuela pública que garantice a todos una educación de calidad en condiciones de igualdad. La reforma analizada ofrece soluciones al fracaso escolar que tienden a bajar las exigencias. La supuesta atención a la diversidad sirve, en realidad, para empujar a los alumnos a niveles más bajos de cualificación. Por otro lado, no se respeta la libertad de conciencia de cada alumno en el momento en que una ideología determinada impone su presencia en el espacio público. El proceso de elección del director ha perdido toda presencia de participación democrática: ya no representa al claustro y al Consejo Escolar, sino sólo a la Administración. Los profesores tienen más problemas para ejercer su labor: la mayoría son interinos y con un alto grado de inestabilidad que afecta al funcionamiento de los centros. En definitiva, no se tiene en cuenta las opiniones de los que están en contacto más directo con la educación para intentar mejorarla.
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