El Concilio de Trento y el uso didáctico doctrinal de la imagen religiosa en el primer Barroco hispano : 1600-1640
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Fecha:
2003Publicado en:
Campo abierto. 2003, n. 24 ; p. 199-225Resumen:
Uno de los últimos decretos emanados del Concilio de Trento (1545-1563) hizo especial hincapié en la importancia de la imagen religiosa como instrumento eficaz para la enseñanza de los dogmas y de los episodios hagiográficos y evangélicos más destacados por la fé católica reformada. Esta directriz -que trató poner fin a las críticas luteranas y erasmistas sobre la cuestión- tuvo una sensible repercusión en el primer arte Barroco al que dieran respuestas a las exigencias didácticas y dogmáticas de la Iglesia. Numerosos recursos retóricos, a veces procedentes de la predicación o el teatro, se ponen al servicio de una plástica que trata, esencialmente, de deleitar, convencer y mover la piedad de los fieles dentro de la más estricta ortodoxia.
Uno de los últimos decretos emanados del Concilio de Trento (1545-1563) hizo especial hincapié en la importancia de la imagen religiosa como instrumento eficaz para la enseñanza de los dogmas y de los episodios hagiográficos y evangélicos más destacados por la fé católica reformada. Esta directriz -que trató poner fin a las críticas luteranas y erasmistas sobre la cuestión- tuvo una sensible repercusión en el primer arte Barroco al que dieran respuestas a las exigencias didácticas y dogmáticas de la Iglesia. Numerosos recursos retóricos, a veces procedentes de la predicación o el teatro, se ponen al servicio de una plástica que trata, esencialmente, de deleitar, convencer y mover la piedad de los fieles dentro de la más estricta ortodoxia.
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