¿Quién enseña a leer y a escribir en la universidad? : la perspectiva australiana
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2003Publicado en:
Textos de didáctica de la lengua y la literatura. 2003, Año IX, n. 32, enero-marzo ; p. 88-98Resumen:
Las instituciones de educación superior australianas consideran que el dictado de cualquier asignatura debe incluir la enseñanza de las prácticas de lectura, escritura y estudio propias de cada dominio disciplinar. No sólo porque asumen la responsabilidad de orientar a su alumnado en aquello que la mayoría no sabe hacer autónomamente, sino porque conciben que aprender una asignatura es aprender su discurso tanto como sus conceptos y porque entienden que ciertos procedimientos de comprensión y producción escrita deben desarrollarse para que los estudiantes puedan seguir aprendiendo en forma independiente a lo largo de la vida posterior a sus estudios superiores. Estas universidades han creado programas de desarrollo profesional docente, que orientan a los profesores para integrar en el currículo de sus materias actividades de análisis y elaboración escrita, en las cuales los docentes puedan hacerse cargo de las dificultades de sus alumnos y retroalimentar sus intentos iniciales. En este artículo se analiza el proceso histórico que ha llevado a esta postura, describo algunas de las experiencias realizadas y concluyo mostrando la relación intrínseca entre desarrollo de la cultura escrita y función social de la universidad.
Las instituciones de educación superior australianas consideran que el dictado de cualquier asignatura debe incluir la enseñanza de las prácticas de lectura, escritura y estudio propias de cada dominio disciplinar. No sólo porque asumen la responsabilidad de orientar a su alumnado en aquello que la mayoría no sabe hacer autónomamente, sino porque conciben que aprender una asignatura es aprender su discurso tanto como sus conceptos y porque entienden que ciertos procedimientos de comprensión y producción escrita deben desarrollarse para que los estudiantes puedan seguir aprendiendo en forma independiente a lo largo de la vida posterior a sus estudios superiores. Estas universidades han creado programas de desarrollo profesional docente, que orientan a los profesores para integrar en el currículo de sus materias actividades de análisis y elaboración escrita, en las cuales los docentes puedan hacerse cargo de las dificultades de sus alumnos y retroalimentar sus intentos iniciales. En este artículo se analiza el proceso histórico que ha llevado a esta postura, describo algunas de las experiencias realizadas y concluyo mostrando la relación intrínseca entre desarrollo de la cultura escrita y función social de la universidad.
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