Afectividad diferencial en la adolescencia masculina y femenina a traves del Baum-Test
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1981Resumen:
Examinar aquel aspecto de la personalidad cuyo resultado cree es el más fiable: la afectividad. Clarificar las dos palabras clave del título de esta tesina, afectividad y adolescencia, para evitar dificultades de interpretación. 120 sujetos de 13, 15 y 17 años de la ciudad de Salamanca. La mitad son adolescentes masculinos y la otra mitad femeninos. Comprueba si existen diferencias afectivas entre adolescentes masculinos y femeninos. Inicia el trabajo con tres capítulos cuyo contenido se refiere por completo a conocer el test del árbol (Baum-test) e introducir al lector en un código abreviado, imprescindible para la corrección de gran número de árboles. El capítulo sexto se refiere al diseño experimental de la investigación y en él se incluyen todos los factores necesarios para llevar a cabo dicho trabajo. A tenor de la idea preconcebida que de éste capítulo se concluye se desarrollará la experimentación propiamente dicha, en el capítulo siguiente. Por fin estudiará los resultados obtenidos, de los que deducirá unas conclusiones generales (cap. 8), así como una conclusiones psicopedagógicas (cap. 8), en busca de un mayor acercamiento para quien pretende la difícil tarea de tratar con adolescentes. Estudio descriptivo. Test del árbol. Lápiz y papel. 1) En la adolescencia se da un paso decisivo hacia la plena 'conciencia del yo'. Esto tiene lugar con carácter conflictivo, muchas veces de crisis. Lo que caracteriza dicha crisis madurativa es la 'identidad consigo mismo'. 2) En la adolescencia podemos observar un aumento de independencia respecto al grupo familiar, que lleva al adolescente a vivir psicológicamente más fuera que dentro de él; especialmente quiere ser independiente de los padres. 3)Las relaciones dentro del grupo de iguales son un tanto masificantes y de dependencia. Renace en el adolescente una necesidad de comunicar su interioridad (sentimientos, pensamientos, deseos, etc) y esto lo puede hacer sobre todo a través del grupo de iguales. 4) En la pubertad comienzan los primeros brotes de desequilibrio afectivo, como expresión vivencial de los cambios fisiológicos. 5) Entre los 13 y los 17 años se da una explosión de la vida emocional que se hace más inestable y turbulenta, a veces. 6) A partir de los 17 años, el adolescente comienza a recuperar, poco a poco, pero de forma definitiva, el control de su afectividad y sus emociones. Esto se consigue sobre todo si se le ayuda a madurar de forma armoniosa en la evolución de la conciencia del propio yo y en la evolución social. 7) Lentamente, va logrando un control racional y equilibrado sobre los sentimientos, con reacciones menos extremistas y más duraderas. Alcanza también una afectividad más altruista que toma en consideración, no sólo los problemas propios, sino los ajenos, siendo ello signo claro de una adquisición madura del mundo afectivo. 8) Los educadores deben estar atentos en la observación del adolescente y saber que muchas de sus conductas pueden tener como causas: desengaños amorosos, fracasos escolares graves, soledad afectiva fuerte, mal entendimiento con los padres, incapacidad para enfrentarse con los problemas de la vida, etcétera.
Examinar aquel aspecto de la personalidad cuyo resultado cree es el más fiable: la afectividad. Clarificar las dos palabras clave del título de esta tesina, afectividad y adolescencia, para evitar dificultades de interpretación. 120 sujetos de 13, 15 y 17 años de la ciudad de Salamanca. La mitad son adolescentes masculinos y la otra mitad femeninos. Comprueba si existen diferencias afectivas entre adolescentes masculinos y femeninos. Inicia el trabajo con tres capítulos cuyo contenido se refiere por completo a conocer el test del árbol (Baum-test) e introducir al lector en un código abreviado, imprescindible para la corrección de gran número de árboles. El capítulo sexto se refiere al diseño experimental de la investigación y en él se incluyen todos los factores necesarios para llevar a cabo dicho trabajo. A tenor de la idea preconcebida que de éste capítulo se concluye se desarrollará la experimentación propiamente dicha, en el capítulo siguiente. Por fin estudiará los resultados obtenidos, de los que deducirá unas conclusiones generales (cap. 8), así como una conclusiones psicopedagógicas (cap. 8), en busca de un mayor acercamiento para quien pretende la difícil tarea de tratar con adolescentes. Estudio descriptivo. Test del árbol. Lápiz y papel. 1) En la adolescencia se da un paso decisivo hacia la plena 'conciencia del yo'. Esto tiene lugar con carácter conflictivo, muchas veces de crisis. Lo que caracteriza dicha crisis madurativa es la 'identidad consigo mismo'. 2) En la adolescencia podemos observar un aumento de independencia respecto al grupo familiar, que lleva al adolescente a vivir psicológicamente más fuera que dentro de él; especialmente quiere ser independiente de los padres. 3)Las relaciones dentro del grupo de iguales son un tanto masificantes y de dependencia. Renace en el adolescente una necesidad de comunicar su interioridad (sentimientos, pensamientos, deseos, etc) y esto lo puede hacer sobre todo a través del grupo de iguales. 4) En la pubertad comienzan los primeros brotes de desequilibrio afectivo, como expresión vivencial de los cambios fisiológicos. 5) Entre los 13 y los 17 años se da una explosión de la vida emocional que se hace más inestable y turbulenta, a veces. 6) A partir de los 17 años, el adolescente comienza a recuperar, poco a poco, pero de forma definitiva, el control de su afectividad y sus emociones. Esto se consigue sobre todo si se le ayuda a madurar de forma armoniosa en la evolución de la conciencia del propio yo y en la evolución social. 7) Lentamente, va logrando un control racional y equilibrado sobre los sentimientos, con reacciones menos extremistas y más duraderas. Alcanza también una afectividad más altruista que toma en consideración, no sólo los problemas propios, sino los ajenos, siendo ello signo claro de una adquisición madura del mundo afectivo. 8) Los educadores deben estar atentos en la observación del adolescente y saber que muchas de sus conductas pueden tener como causas: desengaños amorosos, fracasos escolares graves, soledad afectiva fuerte, mal entendimiento con los padres, incapacidad para enfrentarse con los problemas de la vida, etcétera.
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