El sentimiento de inferioridad
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Fecha:
1976Resumen:
Estudiar el sentimiento de inferioridad y buscar posibles soluciones al mismo. Examina el concepto de inferioridad, explica las relaciones de envidia y vergüenza que produce el sentimiento de inferioridad, estudia la inferioridad física y mental, el afán de superioridad, las causas del sentimiento de inferioridad y las consecuencias del mismo, analiza el complejo de postergación, la neurosis y psicosis como posibles resultados del sentimiento de inferioridad, expone la psicoterapia como procedimiento preventivo y correctivo, y destaca el papel de la educación en la superación de los sentimientos de inferioridad. 1) La educación de los sujetos con sentimientos de inferioridad resulta siempre difícil. Bajo todas las circunstancias se sienten postergados, se creen tratados mal por la naturaleza y observan que se les pospone a los demás con razón o sin ella. 2) El diálogo es la forma más adecuada para tratar un sentimiento de inferioridad. Se apoya éste en una actitud que mediante dicho diálogo el sujeto pueda ser influido en el sentido de hacer cambiar su dirección. Enseñar al paciente a ver y encauzar de otro modo los problemas de su existencia es precisamente lo que debe hacerse cuando estos problemas son los de inferioridad. 3) La educación puede jugar un gran papel en la superación de los sentimientos de inferioridad. Y es sobre todo en la infancia donde por ser el sujeto más moldable toma su verdadero auge. 4) Ante un sentimiento de inferioridad, dice Adler, existen dos factores que tienen especial importancia en cuanto a las posibilidades educativas, el mismo sentimiento reforzado, más intenso, más permanente y el otro, que sería encontrar un objetivo que no sólo proporcione, tranquilidad, seguridad y equivalencia con respecto a los demás, sino que desarrolle un afán de dominio destinado a llevarlo a la superioridad sobre el ambiente. En este sentido podría decirse que la educación puede hacer las veces de una pre-psicoterapia. 5) El peligro de inferiorización existe en la deficiencia fisiológica y en la intelectual. La situación del deficiente constitucional por la publicidad inevitable que le consagra, crea un estado crónico de superioridad. Para los deficientes intelectuales, el peligro será menor si se comprende el carácter poco grave y pasajero de la deficiencia. En ambos casos, la psicoterapia constituye un procedimiento preventivo para inhibir la compensación espontánea, es decir, atenúa la conciencia de una inferioridad, sea la que sea e impide así el desencadenamiento del proceso compensador. 6) La legoterapia tiene la ventaja de que el sujeto pone sobre el tapete las causas de su sentimiento de inferioridad con lo que se verá si lo que necesita es compensar, enderezar sus juicios o rellenar sus lagunas personales y poner mejor las cosas en su sitio. Aceptarse a sí mismo y a los demás es indispensable en la psicoterapia de los sentimientos de inferioridad. Curarse de un sentimiento de inferioridad supone que la persona cambia su actitud ante la vida, y eso es algo que desde fuera se puede suscitar pero no realizar, quien ha de hacerlo es el propio sujeto. Se trata de que este refuerce su postura ante las cosas, se procure motivos de seguridad personal, afronte la vida con decisión y empuje y enfoque la visión de los demás desde una perspectiva diferente.
Estudiar el sentimiento de inferioridad y buscar posibles soluciones al mismo. Examina el concepto de inferioridad, explica las relaciones de envidia y vergüenza que produce el sentimiento de inferioridad, estudia la inferioridad física y mental, el afán de superioridad, las causas del sentimiento de inferioridad y las consecuencias del mismo, analiza el complejo de postergación, la neurosis y psicosis como posibles resultados del sentimiento de inferioridad, expone la psicoterapia como procedimiento preventivo y correctivo, y destaca el papel de la educación en la superación de los sentimientos de inferioridad. 1) La educación de los sujetos con sentimientos de inferioridad resulta siempre difícil. Bajo todas las circunstancias se sienten postergados, se creen tratados mal por la naturaleza y observan que se les pospone a los demás con razón o sin ella. 2) El diálogo es la forma más adecuada para tratar un sentimiento de inferioridad. Se apoya éste en una actitud que mediante dicho diálogo el sujeto pueda ser influido en el sentido de hacer cambiar su dirección. Enseñar al paciente a ver y encauzar de otro modo los problemas de su existencia es precisamente lo que debe hacerse cuando estos problemas son los de inferioridad. 3) La educación puede jugar un gran papel en la superación de los sentimientos de inferioridad. Y es sobre todo en la infancia donde por ser el sujeto más moldable toma su verdadero auge. 4) Ante un sentimiento de inferioridad, dice Adler, existen dos factores que tienen especial importancia en cuanto a las posibilidades educativas, el mismo sentimiento reforzado, más intenso, más permanente y el otro, que sería encontrar un objetivo que no sólo proporcione, tranquilidad, seguridad y equivalencia con respecto a los demás, sino que desarrolle un afán de dominio destinado a llevarlo a la superioridad sobre el ambiente. En este sentido podría decirse que la educación puede hacer las veces de una pre-psicoterapia. 5) El peligro de inferiorización existe en la deficiencia fisiológica y en la intelectual. La situación del deficiente constitucional por la publicidad inevitable que le consagra, crea un estado crónico de superioridad. Para los deficientes intelectuales, el peligro será menor si se comprende el carácter poco grave y pasajero de la deficiencia. En ambos casos, la psicoterapia constituye un procedimiento preventivo para inhibir la compensación espontánea, es decir, atenúa la conciencia de una inferioridad, sea la que sea e impide así el desencadenamiento del proceso compensador. 6) La legoterapia tiene la ventaja de que el sujeto pone sobre el tapete las causas de su sentimiento de inferioridad con lo que se verá si lo que necesita es compensar, enderezar sus juicios o rellenar sus lagunas personales y poner mejor las cosas en su sitio. Aceptarse a sí mismo y a los demás es indispensable en la psicoterapia de los sentimientos de inferioridad. Curarse de un sentimiento de inferioridad supone que la persona cambia su actitud ante la vida, y eso es algo que desde fuera se puede suscitar pero no realizar, quien ha de hacerlo es el propio sujeto. Se trata de que este refuerce su postura ante las cosas, se procure motivos de seguridad personal, afronte la vida con decisión y empuje y enfoque la visión de los demás desde una perspectiva diferente.
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