Introducción a un estudio sobre temas pedagógicos en Jovellanos
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1977Resumen:
Organizar las ideas pedagógicas que plantea Jovellanos a lo largo de su obra. Expone los aspectos generales sobre el contexto ideológico del siglo XVIII; analiza la Pedagogía como ciencia y la educación en su aspecto público; plantea unas ideas generales sobre educación física, literaria y moral; explica la enseñanza de ciertas disciplinas y las instituciones donde se imparte enseñanza en general, estudia temas relacionados con la técnica pedagógica y examina los planes de estudios del colegio Imperial de Calatrava, de la educación de la Nobleza y del Real Instituto de Jovellanos de Gijón. 1) A lo largo de sus escritos, Jovellanos defiende reiteradamente la universalidad de la educación, el derecho que todo individuo, en tanto miembro de la sociedad, tiene a la cultura. No se pide pues, solamente la instrucción adecuada de los individuos dedicados a las profesiones liberales, sino la de todos los ciudadanos. El utilitarismo de Jovellanos, y su visión de hombre público, hace que encuentre nuevas razones para propugnar la universalidad de la cultura, con independencia de la consideración de la persona. Este sentido utilitarista de la instrucción popular, unido a un cierto paternalismo y sentido de clase, lo manifiesta en su obra, Memoria sobre educación pública. 2) El profundo sentido social de Jovellanos le hace comprender que, si no se quiere que la cultura sea patrimonio de las clases pudientes, es imperativo tender hacia la gratuidad. Enlazaba aquí con la idea ya tratada anteriormente por algunos de los más relevantes pedagogos de su época. La preocupación de Jovellanos por instituir la gratuidad de la enseñanza, como medio de lograr prosperidad del Estado en tanto se coadyuva a la extensión de la instrucción pública, se había manifestado en el año 1794 cuando tomó parte en la creación de una escuela primaria gratuita. 3) La educación física es tratada por Jovellanos dentro del espíritu naturalista que impera en la pedagogía del siglo XVIII; la educación literaria es considerada por Jovellanos de importancia capital para completar la formación de los espíritus; y la educación moral también es fundamental para Jovellanos y lo refleja en una constante queja por el abandono de la misma, tanto en las universidades como en la familia. 4) Jovellanos en su Curso de Humanidades Castellanas, escrito con el fin de contribuir a la formación literaria de los alumnos del Real Instituto de Gijón, adopta como base las producciones castellanas en vez de las latinas que imperaban en la época. No es este un hecho casual. Ardiente defensor de las excelencias de nuestra madre patria, forma parte de un grupo de escritores de su época, cuyo espíritu pretende conservar las más puras tradiciones literarias de nuestra lengua. 5) Jovellanos, como hombre eminentemente práctico que era, concibió su política pedagógica como un todo organizado al que quiso dotar de la organización necesaria para su correcto funcionamiento. Así en su obra Bases para la formación de un Plan General de Instrucción pública recomienda como medios auxiliares las bibliotecas y las academias. Y en la misma obra, solicita que las universidades sean verdaderamente unos centros de cultura, escasos en número, pero eficaces, bien dotados e instituidos con sabiduría. Respecto a los colegios y seminarios, Jovellanos estimó la conveniencia de crear al amparo de los centros de cultura, colegios destinados a albergar a los jóvenes que siguiesen estudios. Dentro de sus proyectos de expansión de la instrucción pública, y con el fin de dotar a la nación de los medios necesarios para que dicha instrucción sea universal, propone la creación de muchas escuelas, destinadas a la formación de los niños y como paso previo de la instrucción universitaria. 1) Si recorremos el vasto campo de la historia de nuestra pedagogía nacional, no será fácil encontrar muchos hombres que puedan alegar tantos méritos como Don Gaspar Melchor de Jovellanos, para ocupar en ella un lugar preeminente. No sólo fue legislador y proyectista en asuntos relacionados directa e indirectamente con la educación nacional, sino también proyectó, creó y sostuvo un establecimiento docente de incuestionable importancia social y pedagógicos, El Real Instituto Asturiano de Gijón. 2) Jovellanos fue un trabajador infatigable, su obra en el terreno de la pedagogía deja traslucir una larga serie de influencias que van desde Platón hasta los más insignes pensadores que fueron sus contemporáneos, o que inmediatamente le precedieron: Rabelais y Montaigne, de quienes toma su crítica del memorismo; Basedow, Rousseau y Locke, que parecen inspirar algunas de sus ideas sobre una educación en la que el ejercicio físico tenga un papel relevante; Fenelón, Comenio, Bacón, Savedra y Fajardo, y Condillac, entre otros. De todos ellos tomó lo necesario para construir, junto a su propia creatividad, la médula de una concepción pedagógica, parte de cuyas bases aún hoy no han perdido actualidad.
Organizar las ideas pedagógicas que plantea Jovellanos a lo largo de su obra. Expone los aspectos generales sobre el contexto ideológico del siglo XVIII; analiza la Pedagogía como ciencia y la educación en su aspecto público; plantea unas ideas generales sobre educación física, literaria y moral; explica la enseñanza de ciertas disciplinas y las instituciones donde se imparte enseñanza en general, estudia temas relacionados con la técnica pedagógica y examina los planes de estudios del colegio Imperial de Calatrava, de la educación de la Nobleza y del Real Instituto de Jovellanos de Gijón. 1) A lo largo de sus escritos, Jovellanos defiende reiteradamente la universalidad de la educación, el derecho que todo individuo, en tanto miembro de la sociedad, tiene a la cultura. No se pide pues, solamente la instrucción adecuada de los individuos dedicados a las profesiones liberales, sino la de todos los ciudadanos. El utilitarismo de Jovellanos, y su visión de hombre público, hace que encuentre nuevas razones para propugnar la universalidad de la cultura, con independencia de la consideración de la persona. Este sentido utilitarista de la instrucción popular, unido a un cierto paternalismo y sentido de clase, lo manifiesta en su obra, Memoria sobre educación pública. 2) El profundo sentido social de Jovellanos le hace comprender que, si no se quiere que la cultura sea patrimonio de las clases pudientes, es imperativo tender hacia la gratuidad. Enlazaba aquí con la idea ya tratada anteriormente por algunos de los más relevantes pedagogos de su época. La preocupación de Jovellanos por instituir la gratuidad de la enseñanza, como medio de lograr prosperidad del Estado en tanto se coadyuva a la extensión de la instrucción pública, se había manifestado en el año 1794 cuando tomó parte en la creación de una escuela primaria gratuita. 3) La educación física es tratada por Jovellanos dentro del espíritu naturalista que impera en la pedagogía del siglo XVIII; la educación literaria es considerada por Jovellanos de importancia capital para completar la formación de los espíritus; y la educación moral también es fundamental para Jovellanos y lo refleja en una constante queja por el abandono de la misma, tanto en las universidades como en la familia. 4) Jovellanos en su Curso de Humanidades Castellanas, escrito con el fin de contribuir a la formación literaria de los alumnos del Real Instituto de Gijón, adopta como base las producciones castellanas en vez de las latinas que imperaban en la época. No es este un hecho casual. Ardiente defensor de las excelencias de nuestra madre patria, forma parte de un grupo de escritores de su época, cuyo espíritu pretende conservar las más puras tradiciones literarias de nuestra lengua. 5) Jovellanos, como hombre eminentemente práctico que era, concibió su política pedagógica como un todo organizado al que quiso dotar de la organización necesaria para su correcto funcionamiento. Así en su obra Bases para la formación de un Plan General de Instrucción pública recomienda como medios auxiliares las bibliotecas y las academias. Y en la misma obra, solicita que las universidades sean verdaderamente unos centros de cultura, escasos en número, pero eficaces, bien dotados e instituidos con sabiduría. Respecto a los colegios y seminarios, Jovellanos estimó la conveniencia de crear al amparo de los centros de cultura, colegios destinados a albergar a los jóvenes que siguiesen estudios. Dentro de sus proyectos de expansión de la instrucción pública, y con el fin de dotar a la nación de los medios necesarios para que dicha instrucción sea universal, propone la creación de muchas escuelas, destinadas a la formación de los niños y como paso previo de la instrucción universitaria. 1) Si recorremos el vasto campo de la historia de nuestra pedagogía nacional, no será fácil encontrar muchos hombres que puedan alegar tantos méritos como Don Gaspar Melchor de Jovellanos, para ocupar en ella un lugar preeminente. No sólo fue legislador y proyectista en asuntos relacionados directa e indirectamente con la educación nacional, sino también proyectó, creó y sostuvo un establecimiento docente de incuestionable importancia social y pedagógicos, El Real Instituto Asturiano de Gijón. 2) Jovellanos fue un trabajador infatigable, su obra en el terreno de la pedagogía deja traslucir una larga serie de influencias que van desde Platón hasta los más insignes pensadores que fueron sus contemporáneos, o que inmediatamente le precedieron: Rabelais y Montaigne, de quienes toma su crítica del memorismo; Basedow, Rousseau y Locke, que parecen inspirar algunas de sus ideas sobre una educación en la que el ejercicio físico tenga un papel relevante; Fenelón, Comenio, Bacón, Savedra y Fajardo, y Condillac, entre otros. De todos ellos tomó lo necesario para construir, junto a su propia creatividad, la médula de una concepción pedagógica, parte de cuyas bases aún hoy no han perdido actualidad.
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