La función del arte en la educación
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Fecha:
1978Resumen:
Demostrar el poder que tiene el arte, como función educativa, en la integración social y en el desarrollo de la personalidad del individuo. Explica unas cuestiones generales sobre la estética, la psicología y la educación, analiza el arte como medio de excentricidad y señala su relación con la sociedad y la educación, después expone la función educativa del arte y estudia la educación de los sentidos, de la imaginación y del carácter. 1) El arte del adolescente lleva una carga de subversión que hace temblar a quienes se acomodan en los esquematismos del confort y del privilegio de imponer el criterio de lo que es bueno y malo y los cánones de lo que es bello y excéntrico. El valor estético brota de la misma naturaleza ética del individuo. El educador, antes que de la perfección estética, debe cuidarse de asentar el fondo ético que subyace en toda intención artística. El arte expresa lo más elevado que existe, y lo expresa para todos los hombres, realizando en ellos sus aspiraciones sublimes de un modo inteligible y sensible a todas las mentes, a todos los sentidos, a todos los corazones. 2) La educación del artista debe ser más circunspecta y escuchar al mismo artista su jerarquía personal de valores. Aplicado a la educación, también el arte debe ser diferencial, no sólo en cuanto a su aplicación a los distintos temperamentos, modos de pensar o personalidad, sino diferencial también con cada muchacho concreto, lo que dificulta la eficacia de su didáctica aplicada. La función del arte en la educación es liberadora, reveladora de valores espirituales y propulsora de actitudes comprometidas con la realidad, problemática con diferentes matices según el momento, el lugar, la situación y el ambiente. 3) La educación estética supone una contribución indispensable para la educación de la personalidad integral del alumno. La experiencia de lo bello atañe a los cinco sentidos. Según sean sus hábitos y su manera de ser, cada hombre tiene su propia estima de la belleza. La buena o mala educación, así como la moda y el temperamento, alteran la sensibilidad estética, si aprovechándola de un modo creador haciendo surgir monstruos amenazantes de la paz y destructores del equilibrio que genera la belleza. El hombre debe ser educado para llegar a ser lo que es y el hombre debe ser educado para llegar a ser lo que no es. La sociedad no ejerce solamente una función de represión sino que posee también una función creadora. 4) Percepciones que den como resultado imágenes y sensaciones que den como resultado sentimientos, son los materiales con los que construimos nuestra concepción del mundo y nuestro comportamiento en el mundo. La finalidad de la educación es ayudar al niño en ese proceso de aprendizaje y maduración que exige el desarrollo de la personalidad y en especial los procesos mentales que están implicados en la cuestión de la formación de la sensibilidad. Es en los procesos mentales donde se elabora la dinamita de la imaginación como motor de la creatividad. La finalidad del arte en la educación debería ser idéntica a la finalidad de la educación misma, la cual consiste en desarrollar en el niño un modo integrado de experiencia, con su correspondiente disposición física sintónica en la cual el pensamiento siempre tiene su correlato en la visualización concreta.
Demostrar el poder que tiene el arte, como función educativa, en la integración social y en el desarrollo de la personalidad del individuo. Explica unas cuestiones generales sobre la estética, la psicología y la educación, analiza el arte como medio de excentricidad y señala su relación con la sociedad y la educación, después expone la función educativa del arte y estudia la educación de los sentidos, de la imaginación y del carácter. 1) El arte del adolescente lleva una carga de subversión que hace temblar a quienes se acomodan en los esquematismos del confort y del privilegio de imponer el criterio de lo que es bueno y malo y los cánones de lo que es bello y excéntrico. El valor estético brota de la misma naturaleza ética del individuo. El educador, antes que de la perfección estética, debe cuidarse de asentar el fondo ético que subyace en toda intención artística. El arte expresa lo más elevado que existe, y lo expresa para todos los hombres, realizando en ellos sus aspiraciones sublimes de un modo inteligible y sensible a todas las mentes, a todos los sentidos, a todos los corazones. 2) La educación del artista debe ser más circunspecta y escuchar al mismo artista su jerarquía personal de valores. Aplicado a la educación, también el arte debe ser diferencial, no sólo en cuanto a su aplicación a los distintos temperamentos, modos de pensar o personalidad, sino diferencial también con cada muchacho concreto, lo que dificulta la eficacia de su didáctica aplicada. La función del arte en la educación es liberadora, reveladora de valores espirituales y propulsora de actitudes comprometidas con la realidad, problemática con diferentes matices según el momento, el lugar, la situación y el ambiente. 3) La educación estética supone una contribución indispensable para la educación de la personalidad integral del alumno. La experiencia de lo bello atañe a los cinco sentidos. Según sean sus hábitos y su manera de ser, cada hombre tiene su propia estima de la belleza. La buena o mala educación, así como la moda y el temperamento, alteran la sensibilidad estética, si aprovechándola de un modo creador haciendo surgir monstruos amenazantes de la paz y destructores del equilibrio que genera la belleza. El hombre debe ser educado para llegar a ser lo que es y el hombre debe ser educado para llegar a ser lo que no es. La sociedad no ejerce solamente una función de represión sino que posee también una función creadora. 4) Percepciones que den como resultado imágenes y sensaciones que den como resultado sentimientos, son los materiales con los que construimos nuestra concepción del mundo y nuestro comportamiento en el mundo. La finalidad de la educación es ayudar al niño en ese proceso de aprendizaje y maduración que exige el desarrollo de la personalidad y en especial los procesos mentales que están implicados en la cuestión de la formación de la sensibilidad. Es en los procesos mentales donde se elabora la dinamita de la imaginación como motor de la creatividad. La finalidad del arte en la educación debería ser idéntica a la finalidad de la educación misma, la cual consiste en desarrollar en el niño un modo integrado de experiencia, con su correspondiente disposición física sintónica en la cual el pensamiento siempre tiene su correlato en la visualización concreta.
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