Cómo hacer una editatona
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2024Resumen:
¿Se ha preguntado alguna vez quiénes son las personas que documentan y narran los hechos históricos que luego se leen y se estudian en los libros de texto? ¿Sabe lo que hacían los bardos, aquellas figuras de tradición oral que cantaban las batallas que ganaban sus jefes? ¿Y los monjes que transcribían a mano libros con los saberes del mundo? ¿Le suenan los filósofos franceses Diderot y D¿Alambert? ¿Y la Gran Enciclopedia Larousse? Seguro que ha escuchado alguna vez la expresión ¿La Historia la escriben los vencedores¿. Y realmente así ha sido durante mucho tiempo ya que la mayoría de la población no disponía de las herramientas necesarias para contar la historia. Además, durante el siglo XX y lo que se lleva de XXI, se ha podido comprobar cómo los medios de comunicación de masas han narrado la Historia contemporánea desde su punto de vista, es decir, condicionados por unos grupos económicos a los que pertenecen con intereses alejados del bien común o del propio derecho a la información. Lo bueno es que la irrupción de las nuevas tecnologías ha permitido a muchas personas contar en tiempo real aquello que veía y documentarlo con vídeos y fotos, con lo que se ha producido un doble efecto: por un lado, la realidad no es aquello que los informativos estaban contando sino algo mucho más complejo y con más puntos de vista; y, por otro, ahora se tiene la posibilidad de contar entre todos la propia Historia, rompiendo así con el monopolio de la memoria que han ejercido las élites intelectuales a través del tiempo. Conocer las herramientas que permiten documentar todo aquello que se ve, se vive, se experimenta y se aprende proporciona una gran autonomía y empodera. Y así, empoderados, las personas pueden convertirse en una ciudadanía responsable y consciente de su papel en relación con las futuras generaciones. De las personas depende adquirir las habilidades que les permitan romper ese esquema en el que sólo unos pocos repasan los hechos y describen las décadas en las que se ha vivido. Se debe entender que la recopilación y documentación de los acontecimientos vividos debe hacerse de forma colaborativa y, de esta manera, la Historia se escribirá entre todos.
¿Se ha preguntado alguna vez quiénes son las personas que documentan y narran los hechos históricos que luego se leen y se estudian en los libros de texto? ¿Sabe lo que hacían los bardos, aquellas figuras de tradición oral que cantaban las batallas que ganaban sus jefes? ¿Y los monjes que transcribían a mano libros con los saberes del mundo? ¿Le suenan los filósofos franceses Diderot y D¿Alambert? ¿Y la Gran Enciclopedia Larousse? Seguro que ha escuchado alguna vez la expresión ¿La Historia la escriben los vencedores¿. Y realmente así ha sido durante mucho tiempo ya que la mayoría de la población no disponía de las herramientas necesarias para contar la historia. Además, durante el siglo XX y lo que se lleva de XXI, se ha podido comprobar cómo los medios de comunicación de masas han narrado la Historia contemporánea desde su punto de vista, es decir, condicionados por unos grupos económicos a los que pertenecen con intereses alejados del bien común o del propio derecho a la información. Lo bueno es que la irrupción de las nuevas tecnologías ha permitido a muchas personas contar en tiempo real aquello que veía y documentarlo con vídeos y fotos, con lo que se ha producido un doble efecto: por un lado, la realidad no es aquello que los informativos estaban contando sino algo mucho más complejo y con más puntos de vista; y, por otro, ahora se tiene la posibilidad de contar entre todos la propia Historia, rompiendo así con el monopolio de la memoria que han ejercido las élites intelectuales a través del tiempo. Conocer las herramientas que permiten documentar todo aquello que se ve, se vive, se experimenta y se aprende proporciona una gran autonomía y empodera. Y así, empoderados, las personas pueden convertirse en una ciudadanía responsable y consciente de su papel en relación con las futuras generaciones. De las personas depende adquirir las habilidades que les permitan romper ese esquema en el que sólo unos pocos repasan los hechos y describen las décadas en las que se ha vivido. Se debe entender que la recopilación y documentación de los acontecimientos vividos debe hacerse de forma colaborativa y, de esta manera, la Historia se escribirá entre todos.
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