La acción socioeducativa desde la complejidad : desafíos y propuestas
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2022Publicado en:
Educación social : revista de intervención socioeducativa. 2022, n. 82, septiembre-diciembre ; p. 110-134Resumen:
La acción profesional descansa sobre cuatro pilares que se retroalimentan entre ellos: un marco epistemológico sólido para realizar una interpretación de los fenómenos sobre los que se quiere operar, una cultura profesional que aporta un marco de actuación técnico y que debe ser coherente con los supuestos teóricos desde los que se explica la realidad, un marco legal y jurídico que regula la actividad y una perspectiva ética sobre los deberes morales y los compromisos éticos que se adquieren con la sociedad y con las personas atendidas. Se presenta un estudio que enfatiza el desajuste que se produce entre el marco epistemológico y la cultura profesional, a partir de la cual se construyen procesos técnicos. Mientras que el primero se sitúa mayoritariamente dentro de las teorías de la complejidad, todavía se dan respuestas desde una profesionalidad actuadora, propia de un modelo positivista cartesiano, cuando se debería estar trabajando desde una profesionalidad reflexiva. Este desajuste afecta directamente a la eficacia y eficiencia de la actividad profesional y también genera contradicciones de carácter ético. Desde este punto de partida, en el texto se identifican los elementos esenciales de las teorías de la complejidad a tener en cuenta en la acción profesional, se describen las dos culturas profesionales predominantes (reflexiva y actuadora) y se hacen propuestas técnicas desde la profesionalidad reflexiva para asegurar la coherencia con el modelo epistemológico de complejidad.
La acción profesional descansa sobre cuatro pilares que se retroalimentan entre ellos: un marco epistemológico sólido para realizar una interpretación de los fenómenos sobre los que se quiere operar, una cultura profesional que aporta un marco de actuación técnico y que debe ser coherente con los supuestos teóricos desde los que se explica la realidad, un marco legal y jurídico que regula la actividad y una perspectiva ética sobre los deberes morales y los compromisos éticos que se adquieren con la sociedad y con las personas atendidas. Se presenta un estudio que enfatiza el desajuste que se produce entre el marco epistemológico y la cultura profesional, a partir de la cual se construyen procesos técnicos. Mientras que el primero se sitúa mayoritariamente dentro de las teorías de la complejidad, todavía se dan respuestas desde una profesionalidad actuadora, propia de un modelo positivista cartesiano, cuando se debería estar trabajando desde una profesionalidad reflexiva. Este desajuste afecta directamente a la eficacia y eficiencia de la actividad profesional y también genera contradicciones de carácter ético. Desde este punto de partida, en el texto se identifican los elementos esenciales de las teorías de la complejidad a tener en cuenta en la acción profesional, se describen las dos culturas profesionales predominantes (reflexiva y actuadora) y se hacen propuestas técnicas desde la profesionalidad reflexiva para asegurar la coherencia con el modelo epistemológico de complejidad.
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