A study of the ability to judge surface emotion and real emotion in children between four to six years of age
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2022Publicado en:
Infancia y aprendizaje. 2022, v. 45, n. 1 ; p. 166-186Resumen:
Se estudian las diferencias en la capacidad en niños de cuatro a seis años de identificar y diferenciar emociones visibles y emociones reales en situaciones de simulación o de engaño. Para ello, se sigue el método del escenario. La muestra se compone de 83 niños con edades comprendidas entre los cuatro y seis años. Se crean cuatro grupos; en torno a una emoción positiva en simulación, en torno a una emoción negativa en una simulación, en torno a una emoción positiva en engaño y en torno a una emoción negativa en engaño. A cada grupo se le asignan tres situaciones. Cada una de ellas consta de dos imágenes en blanco y negro. En la imagen 1 se muestra la situación real que induce emociones internas (emociones reales) en el protagonista y se describe también la emoción interna. La imagen 2 describe cómo el protagonista se inventa una situación ficticia y muestra una emoción (emoción visible) distinta de la emoción descrita en la imagen 1 (emoción real). Si el protagonista muestra una emoción positiva en la imagen 1, entonces en la imagen 2 muestra una emoción negativa, y viceversa. Tras esto, se formulan cuatro preguntas sobre el nivel de comprensión de las emociones visibles y reales del participante, con el fin de analizar su capacidad de diferenciar las emociones visibles de las emociones reales. Los resultados indican que los niños de cuatro y cinco años son capaces de identificar las emociones visibles con mayor precisión que las emociones reales. Asimismo, en los escenarios de simulación, los niños de cuatro años son capaces de identificar con mayor precisión las emociones visibles que en los escenarios de engaño. No obstante, tanto los niños de cuatro años como los de cinco años identifican con mayor precisión las emociones reales en escenarios de engaño que escenarios de simulación. Además, la capacidad de identificar y distinguir emociones visibles y reales en ambos escenarios aumenta con la edad. Se concluye que las situaciones de engaño o simulación influyen en la capacidad de identificar emociones visibles o reales de los niños.
Se estudian las diferencias en la capacidad en niños de cuatro a seis años de identificar y diferenciar emociones visibles y emociones reales en situaciones de simulación o de engaño. Para ello, se sigue el método del escenario. La muestra se compone de 83 niños con edades comprendidas entre los cuatro y seis años. Se crean cuatro grupos; en torno a una emoción positiva en simulación, en torno a una emoción negativa en una simulación, en torno a una emoción positiva en engaño y en torno a una emoción negativa en engaño. A cada grupo se le asignan tres situaciones. Cada una de ellas consta de dos imágenes en blanco y negro. En la imagen 1 se muestra la situación real que induce emociones internas (emociones reales) en el protagonista y se describe también la emoción interna. La imagen 2 describe cómo el protagonista se inventa una situación ficticia y muestra una emoción (emoción visible) distinta de la emoción descrita en la imagen 1 (emoción real). Si el protagonista muestra una emoción positiva en la imagen 1, entonces en la imagen 2 muestra una emoción negativa, y viceversa. Tras esto, se formulan cuatro preguntas sobre el nivel de comprensión de las emociones visibles y reales del participante, con el fin de analizar su capacidad de diferenciar las emociones visibles de las emociones reales. Los resultados indican que los niños de cuatro y cinco años son capaces de identificar las emociones visibles con mayor precisión que las emociones reales. Asimismo, en los escenarios de simulación, los niños de cuatro años son capaces de identificar con mayor precisión las emociones visibles que en los escenarios de engaño. No obstante, tanto los niños de cuatro años como los de cinco años identifican con mayor precisión las emociones reales en escenarios de engaño que escenarios de simulación. Además, la capacidad de identificar y distinguir emociones visibles y reales en ambos escenarios aumenta con la edad. Se concluye que las situaciones de engaño o simulación influyen en la capacidad de identificar emociones visibles o reales de los niños.
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