On the difficulties of incorporating international comparative evidence into educational policy making : lessons that the education sector could learn from political science
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Fecha:
2023Publicado en:
Revista de educación. 2023, n. 400, abril-junio ; p. 19-42Resumen:
A pesar de la evidencia que presentan los estudios comparativos internacionales para la mejora de las políticas públicas en educación, como el Programa PISA de la OECD, no se han producido mejoras en la calidad de las políticas educativas pues son relativamente pocos los países que han mejorado sus resultados. Se analizan, en concreto, tres razones que justifican tal paradoja: la naturaleza de los problemas educativos a los que se intenta dar respuesta; las barreras de comunicación entre los investigadores y productores de evidencias, y los decisores políticos, además de problemas de capacidad de manejar las evidencias por parte de estos últimos; y, finalmente, la brecha de implementación. Por último, se aportan unas consideraciones finales acerca de cómo mejorar el diálogo entre la ciencia política y las políticas públicas en educación. En resumen, los estudios comparativos internacionales no son usados como una base sólida para la formulación de políticas, sólo se consideran una fuente más de información en la que apoyar el proceso de formulación. Lo que se pretende es que la teoría política sirva para tener impacto en las políticas públicas.
A pesar de la evidencia que presentan los estudios comparativos internacionales para la mejora de las políticas públicas en educación, como el Programa PISA de la OECD, no se han producido mejoras en la calidad de las políticas educativas pues son relativamente pocos los países que han mejorado sus resultados. Se analizan, en concreto, tres razones que justifican tal paradoja: la naturaleza de los problemas educativos a los que se intenta dar respuesta; las barreras de comunicación entre los investigadores y productores de evidencias, y los decisores políticos, además de problemas de capacidad de manejar las evidencias por parte de estos últimos; y, finalmente, la brecha de implementación. Por último, se aportan unas consideraciones finales acerca de cómo mejorar el diálogo entre la ciencia política y las políticas públicas en educación. En resumen, los estudios comparativos internacionales no son usados como una base sólida para la formulación de políticas, sólo se consideran una fuente más de información en la que apoyar el proceso de formulación. Lo que se pretende es que la teoría política sirva para tener impacto en las políticas públicas.
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