Públicos invisibles, espacios educativos improbables: el proyecto ¿Descarboniza! Que non é pouco...¿ como educación para el cambio climático
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2020Publicado en:
Pedagogía social : revista interuniversitaria. 2020, n. 36 ; p. 81-93Resumen:
La actual situación de emergencia climática requiere articular una agenda social que acompañe e impulse la transición hacia sociedades bajas en carbono. Una transformación en la que la Educación y la Comunicación Ambiental se revelan indispensables. En este contexto, el Grupo de Investigación en Pedagogía Social y Educación Ambiental (SEPA-Interea), de la Universidad de Santiago de Compostela, desarrolla ¿desde hace más de una década¿ una línea de investigación bajo el acrónimo RESCLIMA, que analiza cómo la ciudadanía percibe el Cambio Climático (CC) y qué tipo de iniciativas socioeducativas promueven la interpretación y puesta en práctica de acciones que contribuyan a configurarlo como un elemento esencial en el diseño de cualquier agenda pública. Con la voluntad de transferir este conocimiento a la sociedad, en el curso 2015-2016, da comienzo la experiencia educativa denominada ¿Descarboniza! Que non é pouco¿¿. Esta iniciativa fue diseñada y dirigida específicamente a población adulta, al identificarla como la cohorte generacional más influyente a la hora de construir la relevancia social del CC. El proyecto ¿basado en una metodología de investigación-acción-participativa¿ evolucionó de acuerdo con las necesidades de los participantes ¿mayoritariamente mujeres¿ y a las estructuras municipales donde fue implementado ¿los Ayuntamientos de Santiago de Compostela y Donostia/San Sebastián¿, convirtiéndose en una intervención educativa con una metodología propia en la que el género, la memoria colectiva o la gestión de las emociones han sido elementos clave que han permitido trabajar con destinatarios alejados de la problemática climática pero con gran ascendencia sobre sus comunidades. El resultado paradójico es que este colectivo, identificado en la mayoría de las ocasiones como vulnerable (personas mayores, mujeres rurales), se muestra más resiliente y motivado para la transición ecosocial. De ahí la necesidad de visibilizarlas y empoderarlas, pues se configuran como auténticas catalizadoras para afrontar la emergencia climática.
La actual situación de emergencia climática requiere articular una agenda social que acompañe e impulse la transición hacia sociedades bajas en carbono. Una transformación en la que la Educación y la Comunicación Ambiental se revelan indispensables. En este contexto, el Grupo de Investigación en Pedagogía Social y Educación Ambiental (SEPA-Interea), de la Universidad de Santiago de Compostela, desarrolla ¿desde hace más de una década¿ una línea de investigación bajo el acrónimo RESCLIMA, que analiza cómo la ciudadanía percibe el Cambio Climático (CC) y qué tipo de iniciativas socioeducativas promueven la interpretación y puesta en práctica de acciones que contribuyan a configurarlo como un elemento esencial en el diseño de cualquier agenda pública. Con la voluntad de transferir este conocimiento a la sociedad, en el curso 2015-2016, da comienzo la experiencia educativa denominada ¿Descarboniza! Que non é pouco¿¿. Esta iniciativa fue diseñada y dirigida específicamente a población adulta, al identificarla como la cohorte generacional más influyente a la hora de construir la relevancia social del CC. El proyecto ¿basado en una metodología de investigación-acción-participativa¿ evolucionó de acuerdo con las necesidades de los participantes ¿mayoritariamente mujeres¿ y a las estructuras municipales donde fue implementado ¿los Ayuntamientos de Santiago de Compostela y Donostia/San Sebastián¿, convirtiéndose en una intervención educativa con una metodología propia en la que el género, la memoria colectiva o la gestión de las emociones han sido elementos clave que han permitido trabajar con destinatarios alejados de la problemática climática pero con gran ascendencia sobre sus comunidades. El resultado paradójico es que este colectivo, identificado en la mayoría de las ocasiones como vulnerable (personas mayores, mujeres rurales), se muestra más resiliente y motivado para la transición ecosocial. De ahí la necesidad de visibilizarlas y empoderarlas, pues se configuran como auténticas catalizadoras para afrontar la emergencia climática.
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