No a la discapacidad : la sordera como minoría lingüística y cultural
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2018Publicado en:
Revista de educación inclusiva. 2018, v. 11, n. 2 ; p. 63-80Resumen:
A partir de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se optó por un modelo social para la atención de éstas, relegando los modelos de beneficencia y rehabilitador. Aparentemente se resolvió un problema para aquellas personas en situación de vulnerabilidad, por discapacidad, pero puso en un predicamento a las personas (S)sordas, quienes continúan bajo un esquema rehabilitador y oralista, para ser incluidos en la sociedad oyente dominante. Derivado de esto, se examina el estatus actual del concepto de discapacidad auditiva aplicado al Sordo, además de los de Cultura Sorda, Bilingüismo y Biculturalismo, considerando los movimientos sociales y políticos encabezados por instancias como The World Federation of the Deaf, para que las personas Sordas sean reconocidas como minoría. Se justifica que partiendo del reconocimiento de la Lengua de Señas (LS) como Bona Fide Linguia y la etnicidad presente en las comunidades de Sordos, estos no sean identificados como personas con discapacidad o enfermos, sino como minoría lingüística y cultural, lo que puede ser benéfico para eliminar el rezago educativo, psicológico y lector al que han sido relegados los Sordos.
A partir de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se optó por un modelo social para la atención de éstas, relegando los modelos de beneficencia y rehabilitador. Aparentemente se resolvió un problema para aquellas personas en situación de vulnerabilidad, por discapacidad, pero puso en un predicamento a las personas (S)sordas, quienes continúan bajo un esquema rehabilitador y oralista, para ser incluidos en la sociedad oyente dominante. Derivado de esto, se examina el estatus actual del concepto de discapacidad auditiva aplicado al Sordo, además de los de Cultura Sorda, Bilingüismo y Biculturalismo, considerando los movimientos sociales y políticos encabezados por instancias como The World Federation of the Deaf, para que las personas Sordas sean reconocidas como minoría. Se justifica que partiendo del reconocimiento de la Lengua de Señas (LS) como Bona Fide Linguia y la etnicidad presente en las comunidades de Sordos, estos no sean identificados como personas con discapacidad o enfermos, sino como minoría lingüística y cultural, lo que puede ser benéfico para eliminar el rezago educativo, psicológico y lector al que han sido relegados los Sordos.
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