Empatía, conducta prosocial y bullying : las acciones de los alumnos espectadores
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2019Publicado en:
ESE. Estudios sobre educación. 2019, v. 37 ; p. 113-134Resumen:
Se presenta un estudio cuyo objetivo es indagar la relación de los fenómenos de acoso escolar con la empatía y la prosocialidad en niños y adolescentes. Se trata de un estudio cuantitativo de corte transversal, con alcance correlacional. Sobre una muestra de 278 estudiantes (162 mujeres y 116 varones), de 10 a 15 años de edad, de dos escuelas públicas de educación primaria y secundaria de la provincia de Mendoza (Argentina) se aplican cuestionarios multidimensionales, Cuestionario revisado de agresores/víctimas de Olweus (1998) y Cuestionario multidimensional de empatía: para niños (Richaud, Lemos y Oros, 2013), y se comparan los grupos según participación en bullying. Los resultados muestran que los alumnos agresores obtuvieron puntajes bajos en regulación emocional y toma de perspectiva, lo que dificulta su capacidad para inhibir las conductas agresivas, frente al alto nivel de empatía de las víctimas. Al comparar empatía y prosocialidad, se reportan diferencias con los varones agresores, que obtuvieron bajos niveles, lo que denota la importancia de entrenar la capacidad autorregulatoria de los jóvenes desde edades tempranas. Las intervenciones prosociales de los espectadores mostraron correlación con la autorregulación emocional, la respuesta afectiva y la revalorización del otro. El apoyo emocional en el aula está asociado con niveles más bajos de conductas negativas, así como con niveles más altos de conductas sociales positivas. Con su intervención, de tipo empática y prosocial, pueden contribuir a anular las conductas de acoso, de ahí la importancia de estimular el comportamiento proactivo y prosocial de los espectadores pasivos en favor de la prevención y la defensa de las víctimas.
Se presenta un estudio cuyo objetivo es indagar la relación de los fenómenos de acoso escolar con la empatía y la prosocialidad en niños y adolescentes. Se trata de un estudio cuantitativo de corte transversal, con alcance correlacional. Sobre una muestra de 278 estudiantes (162 mujeres y 116 varones), de 10 a 15 años de edad, de dos escuelas públicas de educación primaria y secundaria de la provincia de Mendoza (Argentina) se aplican cuestionarios multidimensionales, Cuestionario revisado de agresores/víctimas de Olweus (1998) y Cuestionario multidimensional de empatía: para niños (Richaud, Lemos y Oros, 2013), y se comparan los grupos según participación en bullying. Los resultados muestran que los alumnos agresores obtuvieron puntajes bajos en regulación emocional y toma de perspectiva, lo que dificulta su capacidad para inhibir las conductas agresivas, frente al alto nivel de empatía de las víctimas. Al comparar empatía y prosocialidad, se reportan diferencias con los varones agresores, que obtuvieron bajos niveles, lo que denota la importancia de entrenar la capacidad autorregulatoria de los jóvenes desde edades tempranas. Las intervenciones prosociales de los espectadores mostraron correlación con la autorregulación emocional, la respuesta afectiva y la revalorización del otro. El apoyo emocional en el aula está asociado con niveles más bajos de conductas negativas, así como con niveles más altos de conductas sociales positivas. Con su intervención, de tipo empática y prosocial, pueden contribuir a anular las conductas de acoso, de ahí la importancia de estimular el comportamiento proactivo y prosocial de los espectadores pasivos en favor de la prevención y la defensa de las víctimas.
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