Correntes de educaçao para os medios en Portugal : retrospectiva e horizontes em tempos de mudança
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Fecha:
2003Publicado en:
Revista iberoamericana de educación. 2003, v. 32, mayo-agosto ; p. 119-143Resumen:
Ante la creciente complejidad de los fenómenos sociales y de las opciones sobre las que debemos decidir, ante la avalancha informativa que los nuevos y los viejos medios de comunicación e información ponen a nuestra disposición, ante los mensajes más dispares que, desde varios lados, intentan seducir y convencer, resulta verdaderamente urgente redefinir el concepto de ciudadanía, redescubrir los campos y las dimensiones implicados en él, ensayar nuevos modos de aprender a vivir, individual y colectivamente en los nuevos escenarios que se están diseñando, con la preocupación de re-equilibrar el papel y la misión de la escuela. A pesar de que existe consenso en que una práctica democrática de la ciudadanía encuentra un perfecto campo para su ejercicio en la relación crítica con los medios, en los países que sufrieron la experiencia de regímenes autoritarios -y que poseen una experiencia democrática todavía insuficientemente entretejida en las prácticas cotidianas- resulta difícil conquistar un espacio para la educación para los medios. Este es el caso de Portugal, donde aún se tiene un conocimiento parcial y fragmentario de las experiencias realizadas en este campo. Aunque dichas experiencias no constituyeron verdaderas políticas en la materia, existen señales que estarían dando cuenta de los cambios y de las inquietudes que tienen lugar, especialmente en el ámbito de las escuelas y de los maestros y profesores que lideran esas iniciativas. Si concebimos la educación para los medios en su relación con los procesos socioculturales y de cambio social, debemos vincularla con las características más notables de aquellos: aceleración de la vida social, enfatización de la cultura del presente, deslocalización, alteración de la noción de escala, y crisis de las grandes narrativas que daban sentido a la acción humana y a la Historia. Por su parte, si la comprendemos como educación para la comunicación y la ciudadanía, es necesario, ante todo, que se establezca un nuevo y adecuado paradigma pedagógico que se apoye en la relación entre la teoría y la práctica, y que llegue a los centros de formación de profesor..
Ante la creciente complejidad de los fenómenos sociales y de las opciones sobre las que debemos decidir, ante la avalancha informativa que los nuevos y los viejos medios de comunicación e información ponen a nuestra disposición, ante los mensajes más dispares que, desde varios lados, intentan seducir y convencer, resulta verdaderamente urgente redefinir el concepto de ciudadanía, redescubrir los campos y las dimensiones implicados en él, ensayar nuevos modos de aprender a vivir, individual y colectivamente en los nuevos escenarios que se están diseñando, con la preocupación de re-equilibrar el papel y la misión de la escuela. A pesar de que existe consenso en que una práctica democrática de la ciudadanía encuentra un perfecto campo para su ejercicio en la relación crítica con los medios, en los países que sufrieron la experiencia de regímenes autoritarios -y que poseen una experiencia democrática todavía insuficientemente entretejida en las prácticas cotidianas- resulta difícil conquistar un espacio para la educación para los medios. Este es el caso de Portugal, donde aún se tiene un conocimiento parcial y fragmentario de las experiencias realizadas en este campo. Aunque dichas experiencias no constituyeron verdaderas políticas en la materia, existen señales que estarían dando cuenta de los cambios y de las inquietudes que tienen lugar, especialmente en el ámbito de las escuelas y de los maestros y profesores que lideran esas iniciativas. Si concebimos la educación para los medios en su relación con los procesos socioculturales y de cambio social, debemos vincularla con las características más notables de aquellos: aceleración de la vida social, enfatización de la cultura del presente, deslocalización, alteración de la noción de escala, y crisis de las grandes narrativas que daban sentido a la acción humana y a la Historia. Por su parte, si la comprendemos como educación para la comunicación y la ciudadanía, es necesario, ante todo, que se establezca un nuevo y adecuado paradigma pedagógico que se apoye en la relación entre la teoría y la práctica, y que llegue a los centros de formación de profesor..
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