Evaluación de la factibilidad de una intervención educativa sobre conductas saludables en adolescentes que juegan al fútbol en el Principado de Asturias
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2020Resumen:
La obesidad, en población menor de edad, es uno de los grandes problemas de salud pública. Varios factores, tanto conductuales como ambientales, han contribuido a alcanzar las cifras de sobrepeso y obesidad actuales. La alimentación, cada vez más alejada de los patrones dietéticos mediterráneos, la inactividad física y el sedentarismo pueden ser considerados como los principales factores causales de esta patología en niños y adolescentes. Esta realidad refuerza la necesidad de continuar desarrollando e implementando acciones y estrategias, como por ejemplo educativas, que ayuden a revertir esta situación. Para que estas intervenciones sean fácilmente aceptadas por los menores es necesario adecuarlas a sus gustos y tendencias. En este sentido, juegan un papel destacado las nuevas tecnologías. Dado que no se encontró ninguna intervención educativa desarrollada en el Principado de Asturias sobre población adolescente, que jugase al futbol federado, la cual incluyese el uso de tecnología de la comunicación y se desarrollase según el modelo teórico Behaviour Change Wheel se planteó el presente estudio. Su objetivo principal fue evaluar la factibilidad de una intervención educativa, basada en el modelo Behaviour Change Wheel, aplicada a jugadores de fútbol con edades comprendidas entre los 13 y 16 años, sobre las conductas alimentación, hidratación y actividad física. El estudio se ajustó a un diseño piloto pre-post con el fin de determinar la factibilidad de la intervención educativa. Se trató de un diseño simple ciego, del tipo ¿grupo control sin tratamiento¿. El universo de estudio estuvo constituido por todos los jugadores de fútbol pertenecientes a clubes ubicados en la zona centro de Asturias. Finalmente, se seleccionaron cinco clubes por conveniencia. En cuanto a los participantes, formaron parte del estudio aquellos cuyos padres firmaron el consentimiento informado y cumplieron los criterios de inclusión y exclusión (n=330). La muestra se dividió en dos grupos: grupo control (n=167) y grupo intervención (n=163). La asignación de los jugadores a los grupos de estudio fue no probabilística, considerando como criterio de asignación la pertenencia a cada uno de los clubes participantes. El estudio se dividió en cinco fases y se desarrolló entre los meses de octubre 2017 y febrero 2020. El trabajo de campo se desarrolló durante la temporada 2018-2019 y concretamente la intervención educativa, eje central de esta investigación, entre los meses de noviembre y mayo. La intervención educativa, basada en el modelo Behaviour Change Wheel incluyó tres elementos clave relacionados con las conductas motivo de estudio: carteles que fueron colocados en los recintos deportivos, el diseño y desarrollo de una web-app y la realización de actividades de carácter práctico que puntuaban en el concurso ideado como elemento motivador para los jugadores. Como instrumentos de medida y variables a estudio se utilizaron: el autoregistro a través de cuestionarios diseñados ad hoc, la valoración antropométrica (peso, talla, IMC), la evaluación de los hábitos alimentarios a través del cuestionario KIDMED, el grado de actividad física con el cuestionario PAQ-A, la hidratación se midió de forma directa mediante la estimación de consumo de agua ad libitum durante el desarrollo de un partido oficial. La muestra final estuvo formada por 316 jugadores; 161 pertenecientes al grupo control (GC) y 155 al grupo intervención (GI). La media de edad fue de 14,20 años (DE=1,08). Del total de participantes 58 (18,35%) fueron clasificados con sobrepeso y 14 (4,43%) con obesidad usando como referencia los estándares de la OMS. Previo a la intervención educativa se describieron las variables relacionadas con las conductas alimentación, actividad física e hidratación en ambos grupos. En relación a la variable alimentación, el 7,6% tenía una dieta de muy baja calidad y el 61,7% una dieta de calidad media o mejorable. La puntuación media del cuestionario PAQ-A fue de 2,70 (DE=0,45). La media de agua ingerida al finalizar el partido fue de 227,64 (DE=219,91). En cuanto a la intervención educativa llevada a cabo en el GI, los carteles fueron visualizados por el 100% de los participantes (n=125). Accedieron a la web-app el 68% (n=85) de los cuales el 36% (n=45) participaron en alguna de las actividades propuestas. Tras la intervención se midieron los conocimientos adquiridos mediante una encuesta que incluía preguntas relacionadas con las tres conductas objeto de estudio. En todas las encuestas el número de aciertos obtenidos por los participantes del GI fueron mayores y estadísticamente significativos. Tras analizar la relación entre participar en los diferentes componentes de la intervención educativa y la puntuación obtenida en cada una de las encuestas de conocimiento por separado, si bien ninguno de los resultados fue significativo, se aprecia un mayor número de aciertos cuando se incluye el uso de la web-app. Las variables que influyeron en las conductas a estudio tras la intervención fueron: en cuanto a la conducta alimentación sólo la puntuación de KIDMED pre intervención y los conocimientos mostraron una asociación significativa y directa; en relación a la actividad física, únicamente la puntuación pre intervención mostró una asociación estadísticamente significativa y, en el caso de la hidratación, sólo el consumo de agua pre intervención y el tiempo total de duración de la actividad se relacionaron con la variable dependiente. Otra cuestión que se ha considerado ha sido la percepción de los jugadores y sus progenitores o tutores en relación al peso del menor. Se analizó el grado de acuerdo entre la percepción que los progenitores tenían del peso del menor con el peso real y el grado de acuerdo entre la autopercepción del menor y su peso real. El grado de acuerdo entre percepción y el peso real fue del 81,8% por parte de los progenitores frente al 85,9% de los menores. La existencia de desacuerdo entre peso percibido y peso real, por parte de los menores, de los progenitores o de ambos, mostró una asociación estadísticamente significativa. Una intervención educativa, basada en el empleo de una web-app junto con otros componentes, ha demostrado ser factible para ser aplicada sobre jugadores de fútboles adolescentes. La intervención educativa ha sido bien aceptada, la participación ha sido adecuada y los jugadores han aumentado sus conocimientos en relación con las conductas estudiadas.
La obesidad, en población menor de edad, es uno de los grandes problemas de salud pública. Varios factores, tanto conductuales como ambientales, han contribuido a alcanzar las cifras de sobrepeso y obesidad actuales. La alimentación, cada vez más alejada de los patrones dietéticos mediterráneos, la inactividad física y el sedentarismo pueden ser considerados como los principales factores causales de esta patología en niños y adolescentes. Esta realidad refuerza la necesidad de continuar desarrollando e implementando acciones y estrategias, como por ejemplo educativas, que ayuden a revertir esta situación. Para que estas intervenciones sean fácilmente aceptadas por los menores es necesario adecuarlas a sus gustos y tendencias. En este sentido, juegan un papel destacado las nuevas tecnologías. Dado que no se encontró ninguna intervención educativa desarrollada en el Principado de Asturias sobre población adolescente, que jugase al futbol federado, la cual incluyese el uso de tecnología de la comunicación y se desarrollase según el modelo teórico Behaviour Change Wheel se planteó el presente estudio. Su objetivo principal fue evaluar la factibilidad de una intervención educativa, basada en el modelo Behaviour Change Wheel, aplicada a jugadores de fútbol con edades comprendidas entre los 13 y 16 años, sobre las conductas alimentación, hidratación y actividad física. El estudio se ajustó a un diseño piloto pre-post con el fin de determinar la factibilidad de la intervención educativa. Se trató de un diseño simple ciego, del tipo ¿grupo control sin tratamiento¿. El universo de estudio estuvo constituido por todos los jugadores de fútbol pertenecientes a clubes ubicados en la zona centro de Asturias. Finalmente, se seleccionaron cinco clubes por conveniencia. En cuanto a los participantes, formaron parte del estudio aquellos cuyos padres firmaron el consentimiento informado y cumplieron los criterios de inclusión y exclusión (n=330). La muestra se dividió en dos grupos: grupo control (n=167) y grupo intervención (n=163). La asignación de los jugadores a los grupos de estudio fue no probabilística, considerando como criterio de asignación la pertenencia a cada uno de los clubes participantes. El estudio se dividió en cinco fases y se desarrolló entre los meses de octubre 2017 y febrero 2020. El trabajo de campo se desarrolló durante la temporada 2018-2019 y concretamente la intervención educativa, eje central de esta investigación, entre los meses de noviembre y mayo. La intervención educativa, basada en el modelo Behaviour Change Wheel incluyó tres elementos clave relacionados con las conductas motivo de estudio: carteles que fueron colocados en los recintos deportivos, el diseño y desarrollo de una web-app y la realización de actividades de carácter práctico que puntuaban en el concurso ideado como elemento motivador para los jugadores. Como instrumentos de medida y variables a estudio se utilizaron: el autoregistro a través de cuestionarios diseñados ad hoc, la valoración antropométrica (peso, talla, IMC), la evaluación de los hábitos alimentarios a través del cuestionario KIDMED, el grado de actividad física con el cuestionario PAQ-A, la hidratación se midió de forma directa mediante la estimación de consumo de agua ad libitum durante el desarrollo de un partido oficial. La muestra final estuvo formada por 316 jugadores; 161 pertenecientes al grupo control (GC) y 155 al grupo intervención (GI). La media de edad fue de 14,20 años (DE=1,08). Del total de participantes 58 (18,35%) fueron clasificados con sobrepeso y 14 (4,43%) con obesidad usando como referencia los estándares de la OMS. Previo a la intervención educativa se describieron las variables relacionadas con las conductas alimentación, actividad física e hidratación en ambos grupos. En relación a la variable alimentación, el 7,6% tenía una dieta de muy baja calidad y el 61,7% una dieta de calidad media o mejorable. La puntuación media del cuestionario PAQ-A fue de 2,70 (DE=0,45). La media de agua ingerida al finalizar el partido fue de 227,64 (DE=219,91). En cuanto a la intervención educativa llevada a cabo en el GI, los carteles fueron visualizados por el 100% de los participantes (n=125). Accedieron a la web-app el 68% (n=85) de los cuales el 36% (n=45) participaron en alguna de las actividades propuestas. Tras la intervención se midieron los conocimientos adquiridos mediante una encuesta que incluía preguntas relacionadas con las tres conductas objeto de estudio. En todas las encuestas el número de aciertos obtenidos por los participantes del GI fueron mayores y estadísticamente significativos. Tras analizar la relación entre participar en los diferentes componentes de la intervención educativa y la puntuación obtenida en cada una de las encuestas de conocimiento por separado, si bien ninguno de los resultados fue significativo, se aprecia un mayor número de aciertos cuando se incluye el uso de la web-app. Las variables que influyeron en las conductas a estudio tras la intervención fueron: en cuanto a la conducta alimentación sólo la puntuación de KIDMED pre intervención y los conocimientos mostraron una asociación significativa y directa; en relación a la actividad física, únicamente la puntuación pre intervención mostró una asociación estadísticamente significativa y, en el caso de la hidratación, sólo el consumo de agua pre intervención y el tiempo total de duración de la actividad se relacionaron con la variable dependiente. Otra cuestión que se ha considerado ha sido la percepción de los jugadores y sus progenitores o tutores en relación al peso del menor. Se analizó el grado de acuerdo entre la percepción que los progenitores tenían del peso del menor con el peso real y el grado de acuerdo entre la autopercepción del menor y su peso real. El grado de acuerdo entre percepción y el peso real fue del 81,8% por parte de los progenitores frente al 85,9% de los menores. La existencia de desacuerdo entre peso percibido y peso real, por parte de los menores, de los progenitores o de ambos, mostró una asociación estadísticamente significativa. Una intervención educativa, basada en el empleo de una web-app junto con otros componentes, ha demostrado ser factible para ser aplicada sobre jugadores de fútboles adolescentes. La intervención educativa ha sido bien aceptada, la participación ha sido adecuada y los jugadores han aumentado sus conocimientos en relación con las conductas estudiadas.
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