Ethics education at the university : from teaching an ethics module to education for the good life
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Fecha:
2017Publicado en:
Bordón : revista de pedagogía. 2017, vol. 69, n. 4 ; p. 125-138Resumen:
Debido a las crisis profesionales dentro y fuera de la universidad, la formación ética está recibiendo una creciente atención tanto en la literatura académica sobre la educación superior como en las discusiones en las propias universidades. El artículo describe y evalúa cuatro maneras en que la ética podría formar parte del currículo universitario: enseñar un módulo de ética académica; introducir a los estudiantes en la ética profesional; promover la ciudadanía académica; y fomentar la capacidad de vivir una vida buena. Las cuatro interpretaciones de la formación ética en la universidad se someten a un análisis filosófico. En cada caso la intención del docente es examinada a través de una reflexión sobre la interpretación de la ¿ética¿ y la ¿educación¿. Para ello se utiliza la literatura pertinente y se aplica la argumentación filosófica. Los resultados de la descripción y evaluación de cada interpretación de la formación ética se presentan en cada sección. Se argumenta que la interpretación más mínima enseñar un módulo de ética es menos mínima de lo sugerido pero insuficiente. La enseñanza de la ética profesional es necesaria pero llegará a su plena realización cuando los estudiantes abandonan la universidad, aunque su ética como estudiante se sumará a sus cualidades éticas profesionales generales. La legislación en holandesa exige que las universidades promuevan la ciudadanía y el desarrollo personal. Esto requiere que los estudiantes puedan obtener disposiciones cívicas democráticas y que las universidades proporcionen marcos con los cuales los estudiantes puedan formar su concepción de la vida buena. Concluye que las universidades deben promover la ciudadanía y fomentar la capacidad de los estudiantes para vivir una vida buena, con una nota seria y urgente: la búsqueda exitosa de estos objetivos solo es posible en un ambiente ético y en un ethos que actualmente se echan a faltar en las universidades. Por lo tanto, las universidades también tienen que trabajar en sus propios estándares éticos.
Debido a las crisis profesionales dentro y fuera de la universidad, la formación ética está recibiendo una creciente atención tanto en la literatura académica sobre la educación superior como en las discusiones en las propias universidades. El artículo describe y evalúa cuatro maneras en que la ética podría formar parte del currículo universitario: enseñar un módulo de ética académica; introducir a los estudiantes en la ética profesional; promover la ciudadanía académica; y fomentar la capacidad de vivir una vida buena. Las cuatro interpretaciones de la formación ética en la universidad se someten a un análisis filosófico. En cada caso la intención del docente es examinada a través de una reflexión sobre la interpretación de la ¿ética¿ y la ¿educación¿. Para ello se utiliza la literatura pertinente y se aplica la argumentación filosófica. Los resultados de la descripción y evaluación de cada interpretación de la formación ética se presentan en cada sección. Se argumenta que la interpretación más mínima enseñar un módulo de ética es menos mínima de lo sugerido pero insuficiente. La enseñanza de la ética profesional es necesaria pero llegará a su plena realización cuando los estudiantes abandonan la universidad, aunque su ética como estudiante se sumará a sus cualidades éticas profesionales generales. La legislación en holandesa exige que las universidades promuevan la ciudadanía y el desarrollo personal. Esto requiere que los estudiantes puedan obtener disposiciones cívicas democráticas y que las universidades proporcionen marcos con los cuales los estudiantes puedan formar su concepción de la vida buena. Concluye que las universidades deben promover la ciudadanía y fomentar la capacidad de los estudiantes para vivir una vida buena, con una nota seria y urgente: la búsqueda exitosa de estos objetivos solo es posible en un ambiente ético y en un ethos que actualmente se echan a faltar en las universidades. Por lo tanto, las universidades también tienen que trabajar en sus propios estándares éticos.
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