La lectura de la obra de arte en la educación primaria
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1998Publicado en:
Tendencias pedagógicas. 1998, n. extra I ; p. 67-70Resumen:
A pesar de que numerosos historiadores o pedagogos como De Bartolomeis (1983), Reed (1986) o Arnheim (1993) han reconocido la importancia del aprendizaje artístico en la formación de la personalidad, la historia del arte no ha encontrado todavía el lugar adecuado dentro de los planes de estudio de las escuelas de Magisterio. Varios de los objetivos generales de la educación primaria pretenden contribuir a desarrollar en los alumnos actitudes encaminadas a una "valoración y conservación de los restos histórico-artísticos presentes en el medio como fuente de información sobre la historia de los antepasados" (MEC. 1992, p. 37). Algo difícil de conseguir si se desconoce. Si es verdad que en la última década del siglo XX ha habido más interés demostrado por las actividades culturales en general, y por las artísticas, en particular, que representaría un cambio de mentalidad encaminado a una nueva manera de entender el lugar que debe ocupar el conocimiento artístico en la educación integral del hombre. A pesar de ello todavía se sigue considerando el arte, más que como una materia científica como un "adorno" del espíritu y por tanto un conocimiento superfluo, sobrante en los apretados planes de estudios de los estudiantes de Magisterio en los que se prefieren conocimientos más prácticos.
A pesar de que numerosos historiadores o pedagogos como De Bartolomeis (1983), Reed (1986) o Arnheim (1993) han reconocido la importancia del aprendizaje artístico en la formación de la personalidad, la historia del arte no ha encontrado todavía el lugar adecuado dentro de los planes de estudio de las escuelas de Magisterio. Varios de los objetivos generales de la educación primaria pretenden contribuir a desarrollar en los alumnos actitudes encaminadas a una "valoración y conservación de los restos histórico-artísticos presentes en el medio como fuente de información sobre la historia de los antepasados" (MEC. 1992, p. 37). Algo difícil de conseguir si se desconoce. Si es verdad que en la última década del siglo XX ha habido más interés demostrado por las actividades culturales en general, y por las artísticas, en particular, que representaría un cambio de mentalidad encaminado a una nueva manera de entender el lugar que debe ocupar el conocimiento artístico en la educación integral del hombre. A pesar de ello todavía se sigue considerando el arte, más que como una materia científica como un "adorno" del espíritu y por tanto un conocimiento superfluo, sobrante en los apretados planes de estudios de los estudiantes de Magisterio en los que se prefieren conocimientos más prácticos.
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