Los valores en los jóvenes con discapacidad : un estudio sobre los perfiles de socialización en una muestra de niños y jóvenes con síndrome de Down
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2003Publicado en:
Tendencias pedagógicas. 2003, n. 8 ; p. 109-120Resumen:
La enseñanza planificada de las habilidades sociales es un elemento imprescindible para optimizar la integración en la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down. Sin embargo, hasta el momento, no se han realizado estudios descriptivos de los perfiles específicos de la socialización que permitan determinar si presentan o no un patrón anómalo en función de la especificidad sindrómica. El estudio demuestra con rigor científico como un grupo de 180 niños y adolescentes con síndrome de Down presentan un nivel general de socialización dentro de los parámetros de la normalidad habiendo sido tratados y evaluados, tanto los aspectos facilitadores de la socialización como los perturbadores o inhibidores de la misma. Aunque los niveles son normales, existen diferencias significativas a favor de las personas sin discapacidad intelectual, lo que supone un perfil de socialización más apuntado, en comparación con el grupo con síndrome de Down, en las siete escalas de socialización analizadas (liderazgo, jovialidad, sensibilidad social, respeto-autocontrol, agresividad-terquedad, apatía-retraimiento, ansiedad-timidez). Las posibles explicaciones para las características diferenciales no se deben buscar ni en la edad, ni en el número de hermanos o en la edad de ellos. Se ha comprobado la escasa relación entre las variables y las escalas de socialización en los sujetos con síndrome de Down de la muestra estudiada. Sin embargo, sí parece tener un papel importante la capacidad de comprensión verbal de los síndromes de Down. Por otro lado, se ha comprobado que las mujeres con síndrome de Down tienen mayor respeto y mayor autocontrol en las relaciones con los demás que los varones. Para finalizar, se proponen unas orientaciones metodológicas específicas para ser implementadas en el currículo escolar. La finalidad es facilitar el diseño de programas individualizados que aumenten las habilidades sociales en los niños y jóvenes con síndrome de Down, siendo el reforzamiento directo, el aprendizaje por observación, la retroalimentación interpersonal y las expectativas cognitivas los elementos principales.
La enseñanza planificada de las habilidades sociales es un elemento imprescindible para optimizar la integración en la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down. Sin embargo, hasta el momento, no se han realizado estudios descriptivos de los perfiles específicos de la socialización que permitan determinar si presentan o no un patrón anómalo en función de la especificidad sindrómica. El estudio demuestra con rigor científico como un grupo de 180 niños y adolescentes con síndrome de Down presentan un nivel general de socialización dentro de los parámetros de la normalidad habiendo sido tratados y evaluados, tanto los aspectos facilitadores de la socialización como los perturbadores o inhibidores de la misma. Aunque los niveles son normales, existen diferencias significativas a favor de las personas sin discapacidad intelectual, lo que supone un perfil de socialización más apuntado, en comparación con el grupo con síndrome de Down, en las siete escalas de socialización analizadas (liderazgo, jovialidad, sensibilidad social, respeto-autocontrol, agresividad-terquedad, apatía-retraimiento, ansiedad-timidez). Las posibles explicaciones para las características diferenciales no se deben buscar ni en la edad, ni en el número de hermanos o en la edad de ellos. Se ha comprobado la escasa relación entre las variables y las escalas de socialización en los sujetos con síndrome de Down de la muestra estudiada. Sin embargo, sí parece tener un papel importante la capacidad de comprensión verbal de los síndromes de Down. Por otro lado, se ha comprobado que las mujeres con síndrome de Down tienen mayor respeto y mayor autocontrol en las relaciones con los demás que los varones. Para finalizar, se proponen unas orientaciones metodológicas específicas para ser implementadas en el currículo escolar. La finalidad es facilitar el diseño de programas individualizados que aumenten las habilidades sociales en los niños y jóvenes con síndrome de Down, siendo el reforzamiento directo, el aprendizaje por observación, la retroalimentación interpersonal y las expectativas cognitivas los elementos principales.
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