Apuntes sobre el bachillerato en España : la formación del profesorado
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Fecha:
1957Publicado en:
Revista de educación. 1957, n. 62 ; p. 67-71Resumen:
Es necesario que el profesor sea un hombre competente en su disciplina. Luego, no se pueden suprimir las pruebas que acreditan tal competencia; al contrario hay que reforzarlas, pero hay que insistir, además, en el adiestramiento, en la formación pedagógica. El problema es que no hay una Facultad para este menester. Para suplir dicha carencia se propone la creación de un Centro modelo o Instituto normal, pero manteniendo en la formación del profesorado el principio del examen previo de su competencia. En cuanto al bachillerato hay que distinguir entre lo que se enseña y el método con qué se enseña tiene, mientras la edad del alumno no sobrepase los quince años, el aspecto de ser continuación de la Escuela Primaria; pero, en una segunda etapa, el bachillerato apunta a la Universidad, es preuniversitario. Así, los profesores de instituto tienen que saber adaptarse a los dos niveles. Se les propone una carrera llena de dificultades, pero todas ellas garantías de la capacidad y aptitud de los profesores. Existe una cierta esperanza ya que la sociedad española ha llegado a un punto en que necesita miles de bachilleres competentes. Si el estado no acude a crearlos racionalmente, otros sectores de la sociedad se pondrán a la obra.
Es necesario que el profesor sea un hombre competente en su disciplina. Luego, no se pueden suprimir las pruebas que acreditan tal competencia; al contrario hay que reforzarlas, pero hay que insistir, además, en el adiestramiento, en la formación pedagógica. El problema es que no hay una Facultad para este menester. Para suplir dicha carencia se propone la creación de un Centro modelo o Instituto normal, pero manteniendo en la formación del profesorado el principio del examen previo de su competencia. En cuanto al bachillerato hay que distinguir entre lo que se enseña y el método con qué se enseña tiene, mientras la edad del alumno no sobrepase los quince años, el aspecto de ser continuación de la Escuela Primaria; pero, en una segunda etapa, el bachillerato apunta a la Universidad, es preuniversitario. Así, los profesores de instituto tienen que saber adaptarse a los dos niveles. Se les propone una carrera llena de dificultades, pero todas ellas garantías de la capacidad y aptitud de los profesores. Existe una cierta esperanza ya que la sociedad española ha llegado a un punto en que necesita miles de bachilleres competentes. Si el estado no acude a crearlos racionalmente, otros sectores de la sociedad se pondrán a la obra.
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